03.03.2017
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El gobierno de Theresa May se encamina para activar el artículo 50 que formaliza la salida de la Unión Europea antes de que termine marzo. Mientras, trata de conseguir el mejor acuerdo posible para Gran Bretaña pero las evidencias de que las negociaciones tengan saldo positivo, sin embargo, son nulas. La semana pasada Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, avisó que la factura será “muy cara” para los británicos.
El diputado Laborista Owen Smith recibió a Puchero News en el Parlamento Británico para hablar de este tema y mucho más. Smith, quien compitió por el liderazgo del partido frente a Jeremy Corbyn hace un par de meses, despeja cualquier esperanza de prosperidad tras el Brexit. El clima post referéndum, el futuro del Laborismo bajo el liderazgo de Corbyn y el escenario europeo con los avances de extrema derecha, en una entrevista exclusiva.
El cuarto piso de la “Casa Portcullis”, el nuevo edificio del Parlamento Británico, permanece prácticamente desalojado. En una de las oficinas espera Owen Smith, quien avisa que tuvo un día bastante movido. Unas horas antes del encuentro, un sindicato informó que peligran más de 1100 empleos en la planta de Ford en uno de los distritos galeses cercano al de Smith.
La oficina está llena de carteles de la campaña para la elección interna del Partido Laborista del 2016, en la cual Smith perdió por más de veinte puntos ante Corbyn, siendo el único rival. El 2016 puede haber terminado, pero las disputas internas del Laborismo están lejos de cesar. No existe un consenso sobre la posición Laborista frente al Brexit, por más de que el líder haya instado por facilitarle las cosas al gobierno de May, y darles libertad para encarar las negociaciones. “La gente debe tener la posibilidad de votar en un segundo referéndum” dice Smith, quien encarna una de las alas más críticas con el liderazgo de Corbyn.
¿Cómo está manejando el gobierno de Theresa May las negociaciones para salir de la Unión Europea?
Muy mal. Empezamos renunciando a nuestra posición para permanecer en el mercado único y probablemente tampoco sigamos permaneciendo en la unión de aduanas. Así que las dos cosas más grandes, que podíamos haber marcado como una línea roja para las negociaciones, las regalamos. Eso fue un error gigante por parte de la Primer Ministro.
Ante el acercamiento de Theresa May a Donald Trump, ¿se puede tener esperanzas sobre un posible tratado de Libre Comercio?
Me parece que somos ingenuos si creemos que podemos depender de eso. La primer política de Trump es America First (América primero), o sea es proteccionismo. Un proteccionista no es la persona ideal para negociar un tratado de Libre Comercio. Más importante, en términos de comercio, las exportaciones a Estados Unidos solo representan un 19%, mientras que la Unión Europea un 50%. Aun duplicando nuestro comercio con Estados Unidos, no va a poder recuperar lo que perdamos por salir del mercado único.
¿Cómo ve la posición del Partido Laborista frente a esto?
También mala. Creo que cometimos un error en no expresar de forma más clara cuán desastroso iba a ser el Brexit para la economía británica y para la clase trabajadora. Esta semana solamente vimos entrar en riesgo más de 50 mil puestos de trabajo en la industria automotriz. Estamos cometiendo un error en no aferrarnos a nuestras armas y presionar para que la gente tenga la posibilidad de votar en un segundo referéndum.
¿Entonces coincide con lo que dijo hace un par de semanas Tony Blair en relación a que el laborismo debe hacer todo lo posible para impedir el Brexit?
Sí. El Brexit va a perjudicar a la clase trabajadora de este país. Va a dañar a nuestra economía en el mediano y largo plazo, y va a provocar divisiones al interior del país y una mala percepción hacia el resto del mundo. En tiempos en donde el proteccionismo está avanzando en varias partes del mundo, va a ser extremadamente difícil para Gran Bretaña negociar tratados bilaterales con otros países que buscan proteger su economía y cerrarse. Estados Unidos es el ejemplo más grande, pero también está pasando en varios puntos del mundo.
Una gran parte de la opinión pública considera que proponer un segundo referéndum es oponerse a la voluntad democrática que se expresó en el primero.
La democracia no es solamente la regla de la mayoría. La democracia en Gran Bretaña es lo que tradicionalmente se conoce como “democracia liberal”, la que para mí está en riesgo en este país. Una de las claves de la democracia liberal son las elecciones libres y justas, y que se respete lo que elige la mayoría. Pero también tiene que ver con respetar los contrapesos y contrapoderes a esa regla. La regla de la ley es el respeto por la independencia de tradiciones, libertad de prensa y libertad para cuestionar y reformar las leyes. Libertad para expresar una posición política. Hoy en nuestro país tenemos un gobierno que dice que aquellos que adhieren a esa posición son “enemigos del pueblo”, y nos acusan de estar alineados con la prensa anti-Brexit. Esas son señales de una democracia anti-liberal. Por eso, en mi opinión, los verdaderos demócratas tenemos que seguir alzando la voz por lo que creemos.
Volvamos al 2015, cuando el Laborismo perdió las elecciones de forma rotunda contra los Conservadores. ¿Cree que el partido necesitaba un giro hacia la izquierda, como demuestra la elección de Corbyn como líder?
Creo que el laborismo presentó un programa bastante de izquierda en el 2015 con Ed Miliband como candidato. Su manifiesto ya representaba un viraje, y perdimos las elecciones. La pregunta acá es si un manifiesto aún más de izquierda es la decisión correcta. Jeremy Corbyn está llevando al Laborismo a una derrota catastrófica.
¿Que necesita el Laborismo para ganar en 2020?
Necesitamos, en primer lugar, recuperar nuestra credibilidad económica. Tenemos que ser vistos como un partido que entiende de economía y de lo que sucede en el mundo moderno, y proponer soluciones. Tenemos que tener políticas prácticas que la gente pueda ver como una respuesta a sus problemas: una redistribución justa de la riqueza, un sistema de impuestos que hoy no está funcionando, una solución superadora para lidiar con la crisis de vivienda de nuestro país, y los declives en salud y educación. Tenemos que pronunciarnos sobre estas cuestiones, pero tenemos que hacerlo de forma práctica. Y, crucialmente, necesitamos un líder que pueda ser visto a lo largo del país como un serio candidato a ser Primer Ministro de Gran Bretaña. Lamentablemente, Jeremy no es visto de esa forma.
A nivel europeo, ¿Como puede combatir la centro izquierda los avances de los movimientos de extrema derecha?
Creo que debe tener programas como los que acabo de mencionar. Tenemos que reconocer que hay mucha gente viviendo en democracias de occidente, en sociedades industriales, donde hubo un declive notable en términos de industrialización y una sensación de que la globalización no trajo nuevas oportunidades, sino todo lo contrario. La gente siente que sus trabajos, sus potenciales ahorros y las oportunidades para ellos y sus hijos han declinado. Los salarios no han crecido prácticamente desde el 2005. Hay un reclamo económico real. La respuesta a eso ciertamente no es el populismo, expresado en la extrema derecha, como quieren demostrar Nigel Farage o Donald Trump. La respuesta es inversión, acompañada con políticas concretas que generen cambios. Tiene que haber inversión en servicios públicos; usar el dinero público para incentivar a que el sector privado invierta en áreas que solían ser industriales. Esas soluciones deben situarse en un terreno común, no deben pertenecer a uno y otro polo político.
¿Están perdiendo el voto de los trabajadores?
Hay ciertas evidencias de eso, si. Ukip, por ejemplo, ha recibido una gran parte del voto obrero en este país, pero los Conservadores son el enemigo real del Partido Laborista. Ukip no va a cambiar el tablero arrebatando escaños al Laborismo, hay que recordar que ellos tienen un solo asiento en el Parlamento. Lo que podemos observar es cómo los Conservadores viraron hacia la derecha, principalmente en términos económicos, pero en términos discursivos se están dirigiendo a la clase trabajadora. El peligro es que ese voto, como estamos detectando a nivel regional, vaya a los Conservadores.
La semana pasada Juncker dijo que el Brexit iba a costarle mucho más caro a Gran Bretaña de lo que el gobierno espera. ¿Cómo cree que se van a desarrollar las negociaciones en las próximas semanas?
Creo que Theresa May va a activar el artículo 50 antes de que termine marzo, seguramente en la segunda o tercer semana. Creo también que la Unión Europea no responderá de forma inmediata, que esperará a que terminen las elecciones en Francia, y recién empezará a negociar a comienzos del verano. Lo más probable es que esas negociaciones no logren avanzar hasta después de las elecciones en Alemania, en septiembre. Sospecho que el saldo de las negociaciones será muy malo para nuestro país.
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