20.10.2016
Por
“Yoko Onda” es el unipersonal que interpreta Leticia Torres y dirige Maximiliano Sarramone. Nada que ver con Yoko Ono.
En forma de extremo sarcasmo, dulce pero violenta ironía, “Yoko Onda” magnifica en el cuerpo sin concesiones de Leticia Torres, casi jugando, todas las artes y prácticas de la escena.
Leticia Torres es, en la multiplicidad de sus facetas, una fuerte pisada en la temporada teatral porteña 2016. Además protagoniza otras dos obras que ya se proyectan para 2017: “Daria mi memoria por volverla a ver” y “La mujer Cama”.
***
Lo que tenga que ser, que sea
y lo que no, por algo será
No creo en la eternidad de las peleas
ni en las recetas de la felicidad
“Sea” de Jorge Drexler.
¿Les cuento el final? Leticia Torres -payasa de antología, militante de su género y del humor- termina cantando a dúo con Jorge Drexler.
En los cumples de 15, en los bar o bat mitzva y en los casamientos se suelen pasar fotografías señalando densas experiencias. Yoko lo hace sola y se encuentra con livianos sucesos casi inexistentes y con el friolento miedo de la soledad. ¿Qué hacer? La magia del teatro y de una payasa se ejecuta con el tiempo, se lo detiene, y algo pasa… ¿Se vive de nuevo?
La abuela es lo más verosímil, con sus santos para cada ocasión derecho o necesidad. Yoko inscribe las estampitas en su cuerpo.
Una escena de «Yoko Onda». Foto: cortesía de la actriz
El acido humor habla de una mujer que por miedo se santifica y se burla, que por vergüenza o exceso de pudor pide permiso. “Voy a Paris a dar a luz”, ni siquiera a parir.
Yoko reverencia los mitos, los del cuerpo o de la espera amorosa insoportable con buena y burguesa educación. Por fortuna, llega a putear.
Es una superhéroe por sobredosis de aspirinetas.
¿Ella será una mina suficiente? ¿Él (que nunca aparece) será un mino suficiente?
Yoko sigue su camino y se enfrenta con el poder banal, caprichoso y autocomplaciente; lo ejerce.
Mientras se desarrolla la obra salimos del no tiempo, entramos en la historia.
Una payasa con nariz roja. Esto es LeticiaTorres, destinada casi por convicción a que su rumbo esté mas allá del teatro: en la calles o en las plazas. Leticia es una mujer que rompe la famosa e invisible “cuarta pared” que la separa del público y por eso pide amor, no admiración. Para eso habla con nosotros los espectadores, quienes ante semejante quilombo, de pintada, de mujerío, conventillo y aquelarre, reímos pero también (y esto es articulable) la/s tenemos que cuidar.
Yoko Onda sacándose la foto con el público. Foto: cortesía de la actriz
Leticia – Yoko – Gioconda despliegan un universo complejamente simple. Una mujer debe tener historia. Baila tap, señala un devenir. Es danza y debe tener cuerpo y visibilidad.
Sus ojos despiden un dulce y violento sarcasmo. Reparte chocolates, canta, se saca la foto de abajo con todos nosotros, saluda y se va. A rebelarse.
Al rato sale Leticia reparte más chocolate, con besos y se vuelve a ir. Así… ¡vivas las queremos!
INFO de la obra
Yoko Onda
Teatro El Ópalo
Junín 380
Jueves 20.30
hasta el 17/11/2016
$120/150
Reservas acá
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