Las Memorias de Margaret Thatcher: la Guerra de Malvinas (II)

25.06.2015

En Nueva York, ayer 25 de junio de 2015, Argentina vuelve a reclamar ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas una «solución pacífica, justa y duradera» respecto a las Islas Malvinas. El reclamo argentino se basa en la resolución 2065 que cumple 50 años, aprobada el 16 de diciembre de 1965 reconoció la disputa por las Malvinas y la relaciona con una situación colonial, invitando a las partes sentarse a negociar.

La Guerra de Malvinas en 1982 fue el máximo exponente del fracaso de las negociaciones, así como la evidencia del uso político tanto por parte del gobierno británico como el argentino sobre esta cuestión siempre vigente.

Hace una semana publicamos la primicia sobre la apertura al público de las memorias de Margaret Thatcher, escritas de su puño y letra durante las Pascuas de 1983 en Chequers (Reino Unido).

Entre los varios momentos claves de su gobierno a los que refiere en las memorias, hay 128 páginas dedicadas a sus recuerdos sobre lo sucedido en la Guerra de Malvinas en 1982.

En Puchero News, leímos los documentos publicados online en la página de la Fundación Margaret Thatcher. Tradujimos una selección de fragmentos para compartir con nuestros lectores en dos entregadas que finaliza hoy.

EL ATERRIZAJE EN SAN CARLOS

(21 de mayo) Regresé a mi oficina Finchley poco después de las 17:00 y por código secreto entendí que los acontecimientos habían sucedido, pero no tuve otra noticia. Entonces, salió por la televisión… La Unión Jack estaba volando en Bahía San Carlos. Habíamos regresado a las Malvinas.

Mi corazón estaba rebosante pero desesperadamente ansioso por las posibles bajas. Habíamos aterrizado en una costa hostil en una noche de invierno con una flota de barcos llenos de hombres y equipos. ¿Era posible que no nos hubieran detectado?

… el Atlantic Conveyor había sido alcanzado por misiles Exocet, estaba en llamas y se habían dado órdenes para abandonar el barco. ¿Cuántas tragedias más puede haber? ¿Cuántas pérdidas podríamos sufrir?

Como dos de nuestros barcos habían sido hundidos en nuestras aguas territoriales, abordamos al Fiscal General: ¿No podríamos hundir sus barcos en sus aguas territoriales? … Pero una y otra vez el Fiscal General dijo que No. Nuestros comandantes de submarinos se quedaron merodeando con frustración… Y sabíamos que su armada podía hacer una salida súbita – y luego no podríamos encontrarlos con la suficiente rapidez para detener el daño que podían hacer.

La prensa informó que Darwin había sido tomado dos días antes de la victoria. ¿Alguna vez existió un ejército que tuvo que luchar de esa manera contra los medios de información? Yo estaba muy enojada cuando me enteré durante la madrugada por BBC Radio que el QEII estaba cerca de Georgia del Sur transfiriendo tropas al Canberra, al Norland y a un tercer buque. Yo sabía que eso fue planeado pero fue devastador escuchar el informe más o menos en el momento que iba a suceder.Dentro de las 8 horas de esa emisión radial, había aviones de reconocimiento buscando sobre Georgia del Sur. No habían estado allí por semanas. Afortunadamente, no encontraron los barcos – el mar es un lugar muy grande.

El 04 de junio todos los prisioneros de guerra argentinos de Pradera del Ganso estaban a bordo del MV Norland esperando ser repatriados. Algunos habían sido tratados en nuestro hospital militar de San Carlos. Nuestros médicos habían sido muy críticos con el trabajo de campo de los médicos (argentinos).

Ese fin de semana comenzó en Versalles la Cumbre Económica… Fui primero a París para ver al presidente Reagan que se alojaba en la embajada de Estados Unidos. Tuvimos una charla muy juntos “à deux” como él prefería. Le agradecí por la enorme ayuda que habíamos recibido de los EEUU y le pedí que el voto de EEUU acompañase al nuestro en el Consejo de Seguridad. Le pregunté si los EEUU nos podrían ayudar con la repatriación de prisioneros argentinos de guerra después de la reconquista de Port Stanley.

Finalmente Astiz había sido interrogado por los gobiernos franceses y suecos – se negó a responder por lo que acordamos mandarlo por vía aérea a Argentina.

 

LA CAIDA DE PUERTO ARGENTINO

 

(viernes 11 de junio) El Glamorgan había sido impactado por un Exocet lanzado desde tierra y estaba en llamas… Había víctimas -algunos muertos. Es imposible describir la profundidad de sentimientos en estos momentos. Es muy diferente a todo lo que he experimentado. En lucha por la libertad, perdemos nuestros más valientes y mejores hombres. Qué injusto y desgarrador! Ahora entendemos los sacrificios que las generaciones anteriores hicieron por nosotros. Y en el No.10 (de Downing), uno estaba protegido y seguro –uno se sentía tan culpable en la comodidad.

HMS Glamorgan alcanzado por un exocet

 

(sábado 12 de junio) Poco antes de las 13:00, nos enteramos de que se habían logrado todos los objetivos pero que hubo una batalla dura para Dos Hermanas. El plan era presionar hasta llevarlos a Tumbledown, pero se decidió esperar… La siguiente etapa era Tumbledown para la Guardia Escocesa y luego para los Gurkhas, el Cerro Zapador (Sapper Hill): la última colina antes de Puerto Argentino.

El Comité se reunió el lunes 14 de junio por la mañana, (a una hora) demasiado temprano para tener noticias, sólo sabíamos que la batalla estaba en marcha.

Lo que pasó luego aquel día parecía un milagro. Los argentinos se retiraron no sólo de Tumbledown sino también de Cerro Zapador. Arrojaron las armas y fueron vistos volviendo a Puerto Argentino a través de sus propios campos minados.

El Parlamento festejó. Downing Street estaba llena de gente, jóvenes. Era su generación la que lo había logrado. Héroes de hoy. Gran Bretaña todavía los cría.

Cuando me fui a dormir muy tarde esa noche sentí el alivio de no tener más esa enorme carga sobre mis hombros y las preocupaciones futuras serían mínimas en comparación con la angustia por la vida o la muerte que nos habían acompañado constantemente durante once semanas.

 

Fue un milagro logrado por hombres y mujeres comunes con cualidades extraordinarias.

Mucho más tarde, -durante el servicio para los caídos en St. Pauls, cuando el Cuadro de Honor que contiene todos los nombres de los 257 que dieron su vida- una madre, una señora  de Glasgow que había perdido a su hijo muy amado me tomó del brazo de repente y me dijo: «¿Usted nunca va a abandonar las Islas, verdad? «. «No. NUNCA», le contesté. Una promesa que hice como primer ministro y que espero siempre sea honrada por la memoria de los que murieron.

En el plazo de un año, arreglamos para que unos 500 dolientes visitaran las Malvinas -una experiencia traumática y profunda para ellos. Vencer lo diabólico requiere lo más valiente de los hombres.

 

(Los fragmentos traducidos y aquí publicados han sido agrupados por unidades de temas y de forma cronológica en la historia, no necesariamente responden al orden en que aparecen en las Memorias)

 

 

Más info.

Fundación Margaret Thatcher

Transcripción de las Memorias 

Margaret Thatcher lee sus memorias (1993) 

 

Leé también

Las memorias de Thatcher: la Guerra de Malvinas (I)

Thatcher de puño y letra

Malvinas: escrito con sangre

Malvinas:Tierra de nadie

 

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