18.08.2015
Hideki Sakomizu es japonés, cantante y viajero.
Hace un tiempo, decidió dejar Japón, quería ver el mundo. Así emprendió viaje con su guitarra. Para poder seguir camino, Hideki da micro conciertos en la vía pública. Lo que se dice, un artista callejero japonés. Más romanticismo, imposible.
Hideki llegó a Argentina en micro desde Chile. Lo conocí una noche entrada de invierno en La Boca, estábamos junto a la editora de Pucheronews. Entre risas, cervezas, música y videoinstalaciones tuvimos una amena conversación sobre cuán alejados estaban nuestros mundos. Y sobre su manera de viajar.
“No tengo manager. Viajo solo, siguiendo mis propios intereses. Siempre soñé con recorrer el mundo cantando”. De Buenos Aires sólo había escuchado que era peligroso y que el país tenía problemas económicos; su tono deja entrever que busca encontrar lo que cada país tiene para ofrecer más allá de los estereotipos y estigmatizaciones mediáticas.
Aquella noche de under porteño era su despedida de Buenos Aires, partía hacia Sudáfrica. Pactamos seguir el intercambio y hacer una entrevista vía mail para este medio. Hace unos días, Hideki estaba en Namibia pronto a seguir camino hacia Zimbabwe.
Aquí reproducimos la entrevista en la que este joven cantante y nómade japonés cuenta sus experiencias en nuestro país.
“Toqué y canté en Córdoba, Mendoza, Salta, Jujuy y las calles de Buenos Aires, especialmente en el mercado de San Telmo. Los últimos tres fueron los lugares que más disfruté”.
En el Norte Argentino fue donde encontró mejor respuesta del público. Lo atribuye a que, en las grandes ciudades, la gente está más acostumbrada a los músicos callejeros. Convengamos que la imagen de un japonés cantando en la plaza de Purmamarca con los cerros de fondo es al interesante.
Hideki en las calles de Córdoba. Foto: Cortesía del cantante
p>strong>P:/strong> ¿Qué te llamó la atención de Buenos Aires?
H: Que es una ciudad con mucho movimiento artístico. Hay mucha gente copada, edificios antiguos y tiendas cool.
P: ¿Hay puntos de contacto entre tu cultura y la nuestra o hay un gran bache?
H: No creo que haya un bache tan grande entre ambas. Lo que para mí es cool artísticamente, también lo es para ustedes. Aunque, claro, no deja de ser subjetivo.
De hecho, Hideki dice que, no sólo en Buenos Aires, sino en todos los lugares de Latinoamérica que visitó, fue bien recibido. Encontró gente amorosa y amigable, dispuesta a ayudarlo.
P: ¿Por qué creés que a la gente le gustan tus canciones en un idioma inentendible, tan ajeno?
H: Creo fuertemente en que la música es un lenguaje universal. A pesar de las diferencias que puedan existir entre las lenguas, de una u otra manera, es capaz de movilizar a la gente. De tocar sus sentimientos. Eso me lo dijo alguien cuando estaba en Londres. Después lo corroboré a través de mi experiencia. Es alucinante. Para mí no es sólo una manera de viajar, es mi vida. Y creo que, detrás de la respuesta de la gente, hay amor.
Un destino elegido por muchxs
Supermercados chinos y coreanos por toda la ciudad con sus rejas azules. Al bajar del tren Tigre en Retiro, todo un barrio de orientales. El barrio coreano por Flores, donde está el famoso karaoke. Bandas de turistas orientales que recorren la Argentina.
Especialmente en Buenos Aires, nos cruzamos con ellxs diariamente. Aunque pocos argentinos podrían notar la diferencia, las hay. No sólo culturales, más básicas: algunos salen por necesidad, otros para pasear.
En el verano, tuve la oportunidad de hablar con una coreana que, como Hideki, viajaba por Latinoamérica desde hacía ocho meses. Fuimos compañeros de cabaña en Las Pampas del Yucuma, cerca de Rurrenabaque, Bolivia.
Asombrado por la cantidad de mochilerxs asiáticos que me crucé en Bolivia y Perú, le pregunté por qué razón elegían estos destinos.
A diferencia de lo que muchos creerían, no les resulta barato. Los traslados en avión cuestan mucho dinero por las grandes distancias, la comida resulta cara y el cambio no lxs favorece tanto.
La Boca. Foto: Hideki Sakomizu
p>Pero siguen viniendo. Por los testimonios que he recogido, deduzco que es la extrema diferencia y la extrema similitud simultáneas entre nuestras culturas lo que lxs motiva.
Es interesante pensar que quizás, la sangre latinoamericana tenga más cosas en común con la asiática que con la europea. Al menos sería divertido investigarlo.