La importancia de llamarse Pujadas

27.08.2015

Agosto es un mes especial para los Derechos Humanos. El 30 se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido. Pucheronews decidió recordarlos con un especial.

Pujadas es un apellido cargado de historia, ya que tuvo la desgracia de marcar la violencia militar ejercida mucho antes del golpe en el 76. Hecho, acaso no casualmente, también vinculado al mes de agosto.

Pero como algunas tragedias tienen revés, empezamos por contar la historia de Mariano Pujadas. Tiene 42 años y tres hijos. Desde 2009, dirige una empresa de producción audiovisual.

Mariano es tocayo de su tío, quien nació en Barcelona en 1948 y en el año 53 se instaló junto a su familia en la provincia de Córdoba, Argentina. Huían de Franco. Sin saberlo, en lugar de huir estaban cumpliendo su destino.

 

Mariano Pujadas tío fue uno de los fundadores de Montoneros en Córdoba y uno de los dieciséis fusilados en la llamada Masacre de Trelew el 22 de agosto de 1972. 

Familia Pujadas. Foto: cortesía Mariano Pujadas

p>Tres años más tarde, el 14 de agosto de 1975, a href=»https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-151669-2010-08-20.html» target=»_blank»>el comando “Libertadores de América” asesinó a toda la familia Pujadas/a>. Entraron a su casa y se llevaron a todos excepto a dos menores. La mamá, el papá, los hermanos y más miembros de la familia, incluido un tercer menor, fueron arrojados a una fosa común en la que el comando lanzó granadas. Cualquier imagen que uno pueda hacerse de esta escena resulta terriblemente sangrienta.

Entre los muertos estaba José María, el padre de Mariano Pujadas junior. Marian, como le digo con cierta confianza porque casi fuimos familia «política» -esa palabra adjetivizando… Conozco su historia, pero ahora Marian me la vuelve a contar despojada de sordidez. Durante la entrevista, prevalecen los recuerdos llenos de vida, las ‘lindas anécdotas’ como dice él.

Empiezo preguntándole si llevar el nombre de su tío le pesa. “No me pesó nunca. Para mí, de alguna manera, fueron nombres puestos en vida por Mariano mismo. Entonces, no es por honrar la muerte de alguien. La historia es que mi vieja fue a Trelew con la familia a visitar a Mariano en el penal. Estaba recién embarazada, así que le contó. Él le dijo que cuando saliera iba a buscar un hijo con su compañera, que si era varón se llamaría Mariano -ya que en la familia hay una rama muy larga de Marianos- y si se era mujer sería Montserrat, como la virgen Catalana. Las vueltas de la vida hicieron que, después del asesinato de Mariano, mi vieja tuviera mellizos: un nene y una nena.” Se llamaron Mariano y Montserrat Pujadas.

 

Video realizado por Mariano Pujadas con las imágenes que se pudieron rescatar de su familia en Barcelona y en Córdoba.

 

Luego, Mariano habla de su infancia en Córdoba. “Siempre tuvimos poca plata así que andábamos de casa en casa, de tíos, de abuelos, en pensiones, pero la recuerdo con mucha felicidad.” A raíz de una entrevista que le hicieron en Tiempo Argentino, le pregunto si se imagina conversaciones con su padre. Mariano responde: “Me pasan otro tipo de cosas, como mirar a mi hijo y pensar cómo me miraba mi padre”. José María murió cuando Mariano tenía dos años. “O pensar si era delantero o defensor jugando al fútbol”, agrega.

“Lo que sí me pasa es algo bastante raro para una persona agnóstica como yo. Creo que el día que me muera me voy a juntar a charlar y a comer un asado con todos ellos, con mi familia. Lo gracioso es que me imagino mucho más grande que mi padre, porque él se habrá quedado en los 28 años.” Edad que tenía cuando lo mataron.

A medida que avanza la entrevista, las imágenes que me invadían a causa del siniestro final que tuvo la mayoría de la familia Pujadas se van disipando gracias al tono entusiasta de Mariano.

Cuarenta años después de la Masacre de Trelew, hubo un fallo de la justicia. El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a tres autores del fusilamiento de los 16 militantes de distintas organizaciones armadas. El resto de los responsables, fueron condenados en 2014 y este hecho que marcó la historia argentina se calificó como “delito de lesa humanidad”.

Hacia el final de la entrevista, hablamos sobre la justicia. Mariano reflexiona: “No se si hay justicia en este tipo de casos, pero evidentemente se ha hecho algo, que no es poco”. Respecto a la prisión domiciliaria de la que hoy gozan los responsables de la masacre, aclara que sería mejor tener condenas efectivas y sin privilegios para nadie. “Pero ya sabemos como funcionan las cosas. Prefiero sentirme contento por lo que se hizo y no estar triste por lo que no se puede hacer…”

El Mariano Pujadas del siglo XXI se considera una persona afortunada porque tuvo a su familia materna. Porque su familia paterna exiliada durante la dictadura -«la que se salvó» aclara- volvió a Argentina apenas restaurada la democracia y “nos juntamos todos”.

 

“Cuando quiero voy y me siento a tomar mate con ellos, voy con mis hijos. Yo siempre supe la verdad de todo. Conozco mucha gente que no sabe dónde están sus padres, o quizás tienen un hermano apropiado caminando por la ciudad y no lo pueden encontrar.” 

Mariano con dos de sus hijos y su mujer en la Ex Esma. Atrás la foto de su tío. Foto: cortesía M. Pujadas

p>“Yo llevo a mi hija de 8 años y a los dos más chicos al Parque de la Memoria. Ando en patineta con ellos, les muestro los nombres de su abuelo, de su bisabuela, de todos los que están ahí anotados…. ¿Cómo me puedo sentir mal?”

Antes de finalizar nuestro intercambio, le pregunto si le gustaría agregar algo. Responde afirmativamente y hace referencia no solo a los familiares vivos sino también al hecho de que sus parientes no son desaparecidos, sino asesinados antes de la dictadura del 76. Sus cuerpos están, hubo duelo. Mariano concluye: “Dentro de la gran tragedia que fue aquella época para los Pujadas, yo a mi familia la tengo”.

 

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