El lumpen del amor

18.11.2015

Cuando en 1967 Mike Nichols estrenó El Graduado, generó un gran revuelo y no solo por su éxito en las taquillas. En la película vemos como la señora Robinson, mujer adulta y casada, intenta establecer una relación sexual con un joven estudiante compañero de su hija. Tal vez sin proponérselo, Nichols estaba metiendo el dedo en la llaga. Eso que tanto alteraba las cabezas del americano medio y de la opinión pública, le otorgó al film un aura casi vanguardista. Se sabe, la controversia y el escándalo pueden generar tanto rechazo como aceptación. Y romper tabúes puede permitir que una obra permanezca en el tiempo, más allá de que visto a ojos de hoy, El Graduado resulte un cuento de Hadas. Aunque la carrera de Nichols comenzó antes que la generación dorada que ocupa esta sección, su voluntad por estudiar la relaciones humanas con profundidad y en especial los sentimientos ocultos de las personas y sus derivaciones, nos empujan a prestarle especial atención.

Dos años después de El Graduado, Nichols redobla la apuesta por el escándalo con Carnal Knowledge, aunque en este caso se concentre casi exclusivamente en la experimentación de la sexualidad. Y no es tanto por los desnudos – apenas hay uno y sin demasiados riesgos – sino por la intención recurrente del film por verbalizar las cuestiones íntimas, que como con El Graduado, llevaron al realizador a soportar críticas provenientes del más profundo conservadurismo americano, incluyendo varios episodios de censura.

Una escena del film. Foto: Google Images

p>em>Carnal Knowledge/em> cuenta la vida de Jonathan (Jack Nicholson) y de Sandy (Art Garfunkel), amigos que comparten habitación en un campus universitario a finales de los años 40. Son inseparables. El primero es más pillo, el segundo más tierno. Jonathan, conquistador nato, alardea sobre sus saberes y aconseja a su socio sobre como encarar a una mujer de cualquier estilo y linaje. Sandy es inexperto y siente la presión del demorado debut sexual.

En un baile universitario, ambos quedan embelesados con Susan (Candice Bergen). Jonathan alienta a Sandy para que haga el abordaje, pero éste, en su primer intento, fracasa. Cuando encara otra vez, la timidez le juega a favor y se lleva a la chica. Luego de varios tire y afloje en los que se revelan la inexperiencia del muchacho y cierta sagacidad de la joven, la relación toma forma. Cuando Sandy le cuenta a su amigo que Susan, dulce y paciente, lo masturba para liberar su ansiedad, entra en un viaje de excitación y una noche, de improviso, la llama. La seduce y se encuentran. Al toque comienzan una relación en paralelo y a espaldas del amigo. Por esas cosas de la vida, el trío se lleva de maravillas. Salen, se divierten. Acarrean un secreto que a las dos terceras partes de la peligrosa relación le sienta bien. Todo es grata experimentación. Pero cuando Jonathan le reclama a Susan exclusividad, el trío se disuelve.

 

Escena del film. Foto: Google images

p>La película prosigue en ese ritmo. El tiempo pasa, los amigos ya son personas adultas, pero   sostienen esa confraternidad que no distingue fronteras. El tema de las relaciones con las mujeres ocupa el centro de sus charlas, sin secretos, en apariencia, aunque Sandy algo sospecha de las agachadas pasadas de su compañero y se lo hace saber cuando le dispara: “A veces pienso que yo soy más amigo de vos, de lo que vos lo sos de mi”. Esa intimidad varonil cubre cada espacio del film, en el que se luce tanto Nicholson – y esto no es novedad – como Garfunkel, quien hace su segundo trabajo actoral, colaborando con Nichols una vez más (junto a Paul Simon, su socio musical, ya había trabajado con el director componiendo la notable música de El Graduado).

El ciclo, como un loop, no termina allí. Cuando ambos conocen a Bobby (la bomba sexy Anne Margret) y Jonathan se instala en su casa, las fantasías swinger de los amigos y la obsesión con la sexualidad no se agotan. Es que el tiempo no parece avanzar para Jonathan, Inmerso eternamente en el mismo lugar, sus monólogos detallados sobre la anatomía femenina lo pintan de cuerpo entero. Cada mujer que conoce solo cumple el rol de engordar su lista de éxitos. Se transforma, sin resistencia y sin saberlo, en un lumpen del amor. Sin cobijo, ni dirección.

Como todo cazador serial, el final de sus días lo encuentra en la soledad más feroz. Orillando la mediana edad, los amigos tienen un último encuentro, en el que el seductor muestra diapositivas con todo su historial de conquistas. Pero para Sandy ya no hay lugar para la complicidad. “El mismo viejo John”, le refunfuña el compinche de mil batallas que ahora apuesta por el amor. Palabra que nunca figurará en el diccionario de un cazador.

Carnal Knowledge nos permite, con el sexo como bandera insigne, recorrer varias capas de la cultura americana que va de los años 40 hasta mediados de los 70. El film también es una pintura fiel y sin secretos sobre el mundo varonil y la amistad. Pero por sobre todas las cosas, Carnal Knowledge es una cruzada fervorosa y sin prejuicios por lograr un sexo pleno; llevado a cabo de manera práctica y teórica y cueste lo que cueste.

 

 

Podés ver la peli acá

 

FICHA TÉCNICA

Título en español: Conocimiento Carnal

Año: 1971

Reparto: Jack Nicholson como Jonathan Fuerst

Arthur Garfunkel como Sandy

Candice Bergen como Susan

Ann-Margret como Bobbie

Rita Moreno como Louise

Carol Kane como Jennifer

Cynthia O’Neal como Cindy

 

Otras películas del director:

Who’s Afraid of Virginia Woolf?, 1966 (Quién le teme a Virginia Woolf?)

The Graduate, 1967 (El Graduado)

 

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