El amor profanador de tumbas

02.12.2015

Si algo caracterizó al cine de Sam Peckinpah, más allá del género escogido (pasó por casi todos), fue su permanente intención por escenificar la violencia. Nadie que haya visto un film suyo, puede olvidar esos eternos ralentis (cámaras lentas), esa sangre derramada casi en forma decorativa.

Poco acostumbrado a los bajos presupuestos y a la falta de repercusión, encaró Bring Me The Head Of Alfredo García con otras intenciones y posibilidades. Lo único que le podía ofrecer el cine a esa altura de una carrera en retroceso, por otro lado. Y no es que Peckinpah se haya olvidado de las balas, de hecho aquí las hay y a montones, sino que se adivinan, por el resultado final, sus ganas de probar, al menos en algunos aspectos, otro tipo de experiencia. Y Bring Me The Head Of Alfredo García lo es.

 

En un sobrecargado ritual religioso de un México potente, vemos como la clásica hija rebelde le confiesa a su padre, una especie de capo de un cartel (¿un adelanto de época?), quien es el padre del bebé que viene en camino: Alfredo Garcia. “Un millón por la cabeza”, pide el desdichado abuelo, sacado por el sacrilegio. Es el comienzo de Bring me The Head Of Alfredo García y es el comienzo de la cacería.

De allí en adelante la acción no da respiro. Una banda de gringos llega al aeropuerto. Obvio, buscan a García. En un bar de mala muerte dan con Bennie, el pianista del lugar. Bennie (el solvente Warren Oates) también es gringo, pero parece haber adoptado las formas y modismo mexicanos. Es recio, como los extranjeros que lo encaran para sacarle información sobre el tal García. El músico les promete que él le vas a traer la cabeza y arreglan tarifa. Para ello necesita de su pareja, Elita (la actriz mexicana Isela Vega), quien canta en un pub y a la que no le va mucho mejor que su novio. Elita sabe como encontrar al hombre que todos buscan, el problema es que está muerto y sepultado. No es un problema para Bennie, “con la cabeza alcanza”, trata de convencerla. Y aunque para Elita profanar una tumba es un sacrilegio que todo mexicano desecharía de inmediato, la sola idea de acompañar a su amor le alcanza para derribar toda barrera religiosa. Se quieren y hacen planes. Cercanos a los cuarenta, sienten que la recompensa puede galvanizar la relación y es lo que los empuja a la aventura, aún conscientes de los riesgos. Tal vez sea su última oportunidad en la vida, así lo viven y por ello afrontan con garra cada dificultad que encuentran en su camino.

Afiche de la película. Foto: Google Images

En ese romántico viaje en un descapotable destartalado, vemos un México auténtico, quizás uno de los mayores atributos del film. Resulta paradójico que ya en el ocaso de su recorrido en el cine, sea Peckinpah y no otros realizadores americanos quien nos presente una mirada tan desprejuiciada del México profundo (poco frecuente en el cine americano en general). Difícil de imaginar en él, por otro lado, por haber estado siempre más preocupado por otros menesteres que aquellos sociales/ culturales. El México de Peckinpah es el del mundo rural, el de los artesanos. Es aquel poblado por los pobres y los marginados. Todos unidos en un innegociable sentimiento religioso que los atraviesa y condiciona en cada uno de sus actos. Para aquellos que pisaron alguna vez tierras aztecas, confirmarán la veracidad de cada postal pergeñada por el realizador.

Al final de ese recorrido y cuando la pareja da con el cuerpo del fallecido y lo decapitan, son sorprendidos por otro grupo de cazafortunas, quienes asesinan a la mujer y les roban el “tesoro”.

 

Una escena de la película. Foto: Google Images

El plan ya no es el mismo para Bennie. Enfurecido, descorazonado y sin nada que perder, emprende la recuperación del botín. En ese trajín de caminos de tierra, tiros y calor agobiante, encontrará su definitiva redención.

Bring Me The Head Of Alfredo García es una rareza en el cine de Peckinpah, viejo zorro del nuevo Hollywood, y en el cine americano en general.

Los es por haber mostrado territorios y culturas desde una óptica original y respetuosa. Pero lo es en especial, por la confianza que deposita en el amor. La tierna historia de Bennie y Elita, dos hippies sin ningún glamour pero llenos de vitalidad, no solo motoriza la acción de la narración, sino que además le da sentido. Sin ese convincente romance en el centro de la escena, no tendríamos historia, ni viaje, ni película y la cabeza de “Al” aún estaría en su tumba.

En definitiva, el amor empuja a las balas y el fascinante marco le da armonía, belleza.

Tal vez por estas razones, tal vez por haber quedado en el olvido dentro de una filmografía explosiva, es que Bring Me The Head Of Alfredo García sacó y con justicia, chapa de película de culto.

 

Podés ver la peli acá

 

FICHA TÉCNICA

Título en español: Tráiganme la cabeza de Alfredo García

Año: 1974

Reparto: Warren Oates como Bennie

Isela Vega como Elita

Robert Webber como Sappensly

Gig Young como Johnny Quill

Helmut Dantine como Max

Emilio Fernández como el Jefe

Kris Kristofferson como the biker

 

Otras películas del director:

The Wild Bunch, 1969 (La Pandilla Salvaje)

Straw Dogs, 1971 (Perros de Paja)

Getaway, 1972 (La Fuga)

 

Mirá otras recomendaciones de Vivori en Lo que nunca viste del mejor cine americano

 

 

 

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