Dos para el cine

25.02.2016

Por Luis Vivori

 

El especial juego de seducción que involucra a directores y actrices durante las extenuantes horas de trabajo en los sets, ha dado como resultado a través de los años, diversos tipos de frutos familiares y artísticos.

Estas parejas en la vida y en el oficio, estos verdaderos binomios creativos, se han ido conformando durante décadas y en todas las latitudes, casi como una patología. Y muy pronto y como no podía ser de otro modo, encontraron su espacio en tapas de revistas y en el chisme que suele acompañar, con aires de frivolidad y narcicismo, a las estrellas del mundo del entretenimiento.

De esos frutos, los que nos ocupan aquí son los íntimamente ligados al séptimo arte, es decir sus películas.

¿Hubiera podido Federido Fellini siquiera imaginar La Strada (La Calle), una de las mejores películas de la historia del cine, sino se hubiera cruzado en su camino a Giulietta Masina? ¿Afirmaríamos con propiedad que John Cassavettes es un pionero del cine independiente americano de no haber compartido lecho y arte con su musa Gena Rowlands? ¿No habríamos enamorado afiebradamente de Sofia Loren y de sus films de no haber tenido a sus espaldas a Carlo Ponti? ¿Habrían sido tan profundos e inteligentes los diálogos de Hannah and Her Sister (Hannah y Sus Hermanas) de Woody Allen de no haber tenido en aquellos días a Mia Farrow a su lado?

Esta nueva sección está dedicada a mujeres y hombres que, al unirse, trascendieron fronteras interpersonales para eternizarse en el celuloide. «Dos para el cine» repasará los films de estos duetos inolvidables para los amantes del cine y para que nóveles en la materia puedan descubrirlos.

Aquí  les dejo la primera entrega de mi nueva columna Dos para el cine:

 

Binomio Fellini+Masina

Luces de Variedad película de 1950 codirigida por Fellini y Alberto Lattuada, quien ya tenía un nombre ganado dentro del cine italiano. Fellini, por el contrario, hacía su debut como director luego de varias experiencias escribiendo guiones. En el film, un grupo de actores transitaban la rutas de Italia buscando ganarse el pan. Masina interpretaba a Melina Amourtiene, mostrando sus dotes histriónicas en un papel importante en un film que no lo es tanto y en el que sólo tímidamente aparece el genio de Federico.

Al año siguiente, Fellini ya dirige en soledad El Jeque Blanco, una comedia divertida con claros subrayados críticos a la iglesia y al conservadurismo de la sociedad italiana. Aunque la película no brilla, es un nuevo paso en la carrera de Fellini por encontrar su propio ritmo.

Eran tiempos del llamado ‘Neorrealismo italiano’: aquel cine de posguerra ansioso por mostrar un país devastado socialmente a través de actores no profesionales y los lentes de cámara pegados a la realidad. Roma ciudad abierta o Ladrón de bicicletas fueron sus mejores exponentes y clara influencia para el Fellini que recién amanecía, aunque muy pronto le agregaría su propia impronta.

La Calle fue una tarea consagratoria para el binomio Fellini+Masina, que los premios posteriores amplificaron. El primero encontrando el tono justo en su mirada de la Italia profunda, con sus contradicciones, con su intensidad. La segunda, mostrando todos sus recursos expresivos, su carisma, su sensibilidad. Tal fue el suceso del film, que el mismo Anthony Quinn, de enorme y protagónico recorrido en la historia del cine, reconocería tiempo después que “La Strada es la mejor película en la que me tocó participar en toda mi vida”.

En 1955, Fellini realiza Almas sin Conciencia. Una historia de estafadores que sería protagonizada por Humprey Bogart pero debió ceder su lugar a Broderick Crawford por un cáncer avanzado. En esta historia, Giulietta es Iris -la mujer de Picasso: el protagonista. Como en La Calle, aunque sin tanta densidad dramática, Fellini sigue con sus retratos realistas de los personajes que va dejando la Italia de posguerra.

En 1957, Fellini encara Las Noches de Cabiria. Una historia sobre prostitutas pobres, maltratadas y perseguidas que vienen de las afueras de Roma. El film se centra en la vida de Cabiria, el personaje de Giulietta Masin que ya había tenido una pequeña participación en El Jeque Blanco pero aquí desarrolla todo su potencial. Ingenua, idealista y traicionada sin cesar, la prostituta Cabiria nunca se rinde. Como en La Calle, la sociedad se luce y le muestra al mundo todo su virtuosismo. Federico insiste con éxito en la descripción de personajes olvidados, en retratos fieles de personas que representan toda una época de la sociedad de la que él es parte. 

Giulietta de los Espíritus de 1965 y Ginger y Fred, veinte años después.

Giulietta de los Espíritus es el primer film color de Fellini en el que Masina vuelve a sus papeles sufridos en una historia sobre infidelidad y traición. Más contenida o madura, Giulietta confirma la tendencia fellinesca de contar historia de mujeres, aunque dejando atrás un poco el tono costumbrista de sus films anteriores.

Ginger y Fred reúne a Masina con Marcelo Mastroiani; ambos encarnan una pareja ya veterana de artistas de variedad que deben imitar a los famosos bailarines en un show televisivo. Salvajemente corrosiva con el show-business de la TV, Fellini ubica a sus protagonistas estoicos frente a la burlas o el desamparo que les ofrece una sociedad en la que ya no encajan. Esta fue la última intervención del dúo en la pantalla grande.

En 1993 y seis meses antes de perder la vida frente a un cáncer galopante, Fellini recibía el Oscar a la trayectoria. Eran sus cincuenta años de carrera y de pareja. Con su mujer llorando de emoción en los palcos y en un acto de gratitud plenamente justificado, le dijo a su eterna compañera: “Giulietta para de llorar, para de llorar. El Oscar no me pertenece a mí sino a vos. Es a ella a la que debo agradecer”. Y como en un film de Fellini, sólo un año después y también producto de un cáncer, Giullieta dejó este mundo.

 

Películas en las que Masina y Fellini trabajaron juntos:

Luci del Varietà (Luces de Variedad), 1950

Lo Sceicco Bianco (El Jeque Blanco), 1951

La Strada (La Calle), 1954  – Ver peli acá

Il Bidone (El cuentero), 1955

Le Noti di Cabiria (Las Noches de Cabiria), 1957

Giulietta degli Spiriti (Giulietta de los Espíritus), 1965 –  Ver peli acá

Ginger y Fred (Ginger y Fred), 1985

 

 

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