06.03.2016
Por Francesca Lessa
Este 5 de marzo de 2016 se cumplen tres años del inicio del juicio al Plan Cóndor.
Durante los últimos diez años, estudié sobre las violaciones de los derechos humanos en América del Sur. En 2013, empecé en un nuevo proyecto: monitoear el así llamado Juicio al Plan Cóndor. Este juicio sin precedentes intenta, por primera vez, arrojar luz a los crímenes cometidos en forma conjunta por seis dictaduras suramericanas en los años 70. El juicio podría llegar a escribir un nuevo capítulo en la historia de esta región. La sentencia se espera para el próximo abril.
De boca en boca
La primera vez que escuché sobre el juicioal Plan Cóndor fue de casualidad, a través de una amiga uruguaya. Me gusta pensar que el juicio me encontró a mí. Mi amiga me había contado que el juicio en el que estaba incluída como víctima de detención ilegal y tortura en el marco del Plan Cóndor, finalmente, estaba por comenzar. El Plan Cóndor fue instituido por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay a fines de 1975. La operación a lo ancho del continente asesinó y desapareció a cientos de activistas de izquierda que estaban fuera de sus países de origen, sin importar fronteras. En esa época, América del Sur estaba convulsionada por gobiernos militares y autoritarios que impartían el miedo y el terror.
La corte
El 5 de marzo de 2013 era un día soleado en Oxford. Al menos así lo recuerdo. Todos los días, a las 13:30 en punto, me encontraba con dos amigos para alamorzar en el comedor de St Anne’s College. Pero ese día llegué tarde.
El 5 de marzo fue distinto a otros días. Había pasado toda la mañana clavada frente a mi computadora en la oficina, esperando ansiosa la transmisión en vivo de los tribunales de Comodoro Py (situados en el centro de Buenos Aires) que se difundía en la página web del Centro de Información Judicial de Argentina. El histórico juicio al Plan Cóndor debía comenzar esa tarde. Y yo no quería perderme un solo minuto.
No podía ausentarme de Oxford debido a compromisos docentes. Así que mandé al juicio a Pierre, mi asistente de investigación que vivía en Buenos Aires en ese momento, Él sería mis ojos y mis oídos en esa sala. Resultó cómico verlo directamente desde Oxford, gracias a las imágenes de la webcam.
Juan Manuel Cordero Piacentini. Éste es el segundo extranjero juzgado en Argentina por crímenes del Plan Condor, después del caso del oficial de la inteligencia chilena Enrique Arancibia Clavel a comienzos de 2000.
El juicio enfrenta los casos de más de 170 víctimas del Plan Cóndor, ciudadanos de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay que fueron blancos de la coordinación transnacional del terror en América del Sur en los años 70. Sumado a los secuestros individuales, la tortura y los crímenes, la fiscalía intenta demostrar que el Plan Cóndor constituyó una asociación ilícita llevada a cabo por los estados dictatoriales para perpetrar crímenes de lesa humanidad traspasando las fronteras.
Recorrí los pasillos de Comodoro Py por primera vez un 17 de septiembre de 2013; hacía frío. Comodoro Py: un edificio agobiante con corredores largos y transitados.
El testimonio de las víctimas y los familiares fue lo que más me impresionó del juicio. Escucharlos contar sus historias de vida o las de sus seres queridos es una experiencia muy conmovedora. A través de sus palabras, el pasado revivía en el presente. La ausencia de una persona se transformaba en una presencia que demanda verdad y justicia.
En 2013, sólo asistí a tres audiencias. Fueron suficientes para que me diese cuenta que mi lugar estaba ahí, observando como se recuperaba y, al mismo tiempo, se creaba la historia
*Texto traducido del inglés por María Elisa Cordiviola
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