Esa chica es para mí

10.03.2016

“Antes de conocer a Gena, era un soltero que andaba por ahí torturando gente. Pero cuando la vi, ella estaba con un actor, John Ericson, y dije: esa es la chica con la que me voy a casar”, escibió en sus memorias John Cassavetes (New York, 9 de diciembre de 1929-3 de febrero de 1989). Tenía 25 años, era 1954 en el que conseguiría su cometido, a pesar de algunas resistencias. Rowlands (Wiscosin, 19 de junio de 1930) no fue una presa fácil para el joven descendiente de inmigrantes griegos de pocos recursos. La rubia, de una clase social acomodada y de carácter turbulento, solo quería concentrarse en su incipiente carrera de actriz. Pese a sus primeras negativas, Gena finalmente cedió sus deseos de independencia frente al poder de seducción del talentoso artista. Lo que Rowlands seguramente no pudo presagiar fue lo que vino después: un aluvión de arte. Sus películas experimentales y apasionadas permanecen intactas en el tiempo y en las retinas de los amantes del cine independiente.

Las idas y vueltas del comienzo y la posterior relación tempestuosa entre Gena y John fueron una constante tanto en la vida afectiva como en la artística. De hecho, no resulta aventurado afirmar que ese vínculo volcánico tuvo diferentes tipos de réplicas en los sets de filmación. Al menos así lo afirman testigos. En cada escena, en cada línea del guión se podía divisar retazos de esa vida conyugal, incluso como una búsqueda consensuada por ambos. Arte en estado puro. 

<img src="http://www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/rowlands-4.jpg" width="477" height="238" srcset="http://i1.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/rowlands-4.jpg?resize=300%2C150 300w, http://i1.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/rowlands-4.jpg?w=477 477w" class="so-widget-image">


        <p>Rowlands en "Una mujer bajo influencia". Foto: Google</p>

    <p><em>De las emociones cotidianas, de los conflictos interpersonales al celuloide&nbsp;</em>podría haber sido el lema de la pareja por aquellos años.

Estos tires y aflojes amoroso-artísticos tuvieron su bautismo de fuego a solo cinco años de comenzar la relación. En Sombras, Rowlands pone su propia casa como set de filmación. En este primer film, tiene un rol pequeño e intrascendente (de hecho no figura en los créditos), pero confirma la intención de ambos, marido y mujer, de llevar la sociedad marital al trabajo.

En Sombras, ópera prima de Cassavetes en la dirección, se expresan las intenciones del realizador por sacarle jugo a la composición y desarrollo de sus personajes, relegando incluso la fluidez y coherencia del relato. La influencia del cine europeo y sus historias bien arraigadas en las experiencias diarias de las personas ya corría por la venas de Cassavetes. “Los neorrealistas no le tenían miedo a la realidad; la miraban de frente. Siempre he admirado su valor y su disposición a mostrarnos cómo somos realmente”, expresaba tiempo después el director como una declaración de principios. Esta impronta realista, con personajes intensos y llevados al límite de sus posibilidades, lo acompañarían en toda su carrera. También los problemas para conseguir financiamiento serían una constante al punto que, tal vez involuntariamente, se convirtió en padre del cine independiente. Cine que puede considerarse independiente en cuanto a la libertad en la toma de decisiones de su realizador, como en los pocos recursos materiales para llevar adelante sus proyectos.

Por otro lado, en Sombras, que fue filmada unos años después de las varias improvisaciones de todos sus actores, Cassavetes diseña su material más experimental. Las lagunas de la narración o incongruencias no impiden, de todos modos, observar una construcción intensa de los personajes y su desarrollo. Y también meterse de lleno con un tema poco transitado hasta el momento como los prejuicios raciales – la película es la historia de tres hermanos afroamericanos que conviven en Nueva York.

<img src="http://www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/tumblr_mqvuegy0lf1qzvmf3o1_1280.png" width="1200" height="720" srcset="http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/tumblr_mqvuegy0lf1qzvmf3o1_1280.png?resize=300%2C180 300w, http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/tumblr_mqvuegy0lf1qzvmf3o1_1280.png?resize=768%2C461 768w, http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/tumblr_mqvuegy0lf1qzvmf3o1_1280.png?resize=1024%2C614 1024w, http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/tumblr_mqvuegy0lf1qzvmf3o1_1280.png?w=1200 1200w" class="so-widget-image">


        <p>Gena Rowlands. Foto: Google Images</p>

    <p>Pasarán nueve años para volver a ver al matrimonio compartir un material audiovisual. En 1968 Cassavetes emprende el proyecto <em>Caras</em>.

Caras está filmada con el estilo cinema-verité del cine francés que tanto seducía al director. Es decir, mucha cámara en mano, escenas lo más cercanas como sea posible a la realidad, escapándole a los artificios clásicos del cine como los set de filmación y la iluminación artificial, con sonido directo, etc. – casi como un documental.

La película desarrolla la historia de una pareja adulta en crisis que se relaciona frenéticamente con otras parejas en busca de una respuesta a sus propios problemas. El film, agrio y desolado, simboliza la caída lenta e inexorable del modelo de pareja americana. Rowlands, en una sólida performance, expresa con nitidez el desasosiego y la falta de rumbo de su personaje frente al derrumbe del matrimonio, institución que creía eterna.

El film sólo costó 270.000 dólares, un presupuesto exiguo, incluso para aquellos años.

En Una Mujer bajo la Influencia -si no la mejor película del binomio, al menos la más visceral y emotiva-, Rowlands arma un personaje omnipresente. Gena fue nominada al Oscar por su maravillosa interpretación de esa mujer vulnerable al extremo, casi border, casada con un hombre diametralmente opuesto social, cultural y afectivamente (¿La historia de Cassavetes y Rowlands?), que de todos modos intenta construir un puente de contención en la relación.

<img src="http://www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/Opening_night_image.jpg" width="1134" height="1600" srcset="http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/Opening_night_image.jpg?resize=768%2C1084 768w, http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/Opening_night_image.jpg?resize=726%2C1024 726w, http://i0.wp.com/www.pucheronews.com/wp-content/uploads/2016/03/Opening_night_image.jpg?w=1134 1134w" class="so-widget-image">


        <p>Afiche de "Opening Night". Foto: Google</p>

    <p><em>Noche de Estreno,&nbsp;</em>tres años después<em>, </em>muestra a una actriz de Broadway (el papel de Gena) ensayando una obra en la que encarna a una mujer incapaz de aceptar que está envejeciendo (otra vez la vida personal se cuela en el guión, la actriz tenía por entonces 47 años). Una muerte de la que es testigo pone a la protagonista en crisis con su vida y su profesión. Aunque no apartado totalmente de las marcas de sus primeros films, Cassavetes apuesta aquí por un relato más lineal, que aunque no deja de lado cierto caos tradicional de sus guiones, tampoco es el <em>cinema verité</em> de <em>Sombras </em>o<em> Caras.</em>&nbsp;Finalmente, con <em>Gloria</em>, vemos la quinta y última experiencia de la pareja en el cine. Gloria (Rowlands) es una mujer de mediana edad, soltera, solitaria y sin aparentes objetivos para su vida. Un hecho fortuito en el edificio en el que vive la lleva a adoptar a la fuerza a un pequeño, hijo y único sobreviviente de una familia asesinada por la mafia. En ese periplo que la lleva a defender al niño de la venganza del grupo criminal, Rowlands, en una interpretación estupenda, nos muestra los mejores atributos de una madre improvisada con las agallas necesarias para cuidar a su cría -aunque ésta no provenga de su propio vientre.

Agotada la experiencia de trabajo compartido y a pesar de cortes abruptos y reconciliaciones ostentosas, la pareja se mantuvo unida hasta el fallecimiento de Cassavetes, por cirrosis. Enfermedad generada por el consumo abundante de alcohol del realizador, quien consideraba ese hábito “un peaje que todo artista tiene que pagar para realizar su arte”.

Además de sus vástagos artísticos, el dúo le dio vida a Nick, Alexandra y Zoe, todos dedicados a la actividad cinematográfica, desde diferentes lugares. Años después de la muerte de John en 1989, a Gena le preguntaron si en su casa volvía a ver las películas de su marido, ella sólo contestó: “No tengo necesidad. Cuando quiero cierro los ojos y recreo todas y cada una de sus películas. Desde el primer al último fotograma”. Una verdadera pintura del estilo del amor que se profesaron Gena Rowlands y John Cassavetes durante casi cuatro décadas.

 

Películas de la pareja:

Shadows (1959), (Sombras)

Faces (1968), (Caras)

A Woman Under the Influence (1974), (Una Mujer Bajo la Influencia)

Opening Night (1977), (Noche de Estreno)

Gloria (1980)

 

Leé sobre otras parejas de artistas en Dos para el cine y las recomendaciones de Vívori en Lo que nunca viste del mejor cine americano

 

 

Autor/a:

¡Compartir!
¿Te gustó? ¡Compartilo!

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *