De drones, mosquitos, armas biológicas y dengue

14.04.2016

Por Aníbal Villa Segura

 

Miles de personas se encuentran en alto riesgo de contraer enfermedades relacionadas con las inundaciones, a las que se suma la epidemia de dengue que afronta la región. En esta nota, que va desde la relación del insecto con los drones, a las armas biológicas y las epidemias, Aníbal Villa Segura hace hincapié en la importancia de la prevención primaria de salud como una política de estado.

 

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El Dengue

Se trata de una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito aedes aegypti. Cuando el insecto se alimenta de la sangre de una persona infectada por el virus del dengue y luego pica a otra, transmite la enfermedad.

El contagio sólo se produce por la picadura de los mosquitos infectados. No se contagia de una persona a otra, por objetos o la leche materna. Aunque es poco común, las mujeres embarazadas pueden contagiar a sus bebes durante el embarazo.

Existen dos tipos de dengue: el llamado febril que puede parecer un resfrío con fiebre, y el hemorrágico que aparece por primera vez en Cuba en 1981. El dengue hemorrágico se produce ante una segunda picazón; provoca un shock con descenso de plaquetas fundamentales para la coagulación y finalmente hemorragias. Los casos fatales surgen cuando existen enfermedades cardíacas y pulmonares previas, que alerta a los grupos de mayores, o en casos de desnutrición y pobreza a la población infantil.

El mosquito aedes aegypti trasnmisor del dengue. Foto: Google Images

De drones y mosquitos

En enero de este año, se filmó y distribuyó un video realizado sobre las carreras de drones: esos pequeños artefactos voladores de poco peso y fácilmente manipulables que muchos recordamos haber disfrutado en la famosa saga “La Guerra de las Galaxias”. Fue el regalo estrella de la navidad pasada tanto en Europa como en Estados Unidos. Según cálculos de la Comisión Europea, su fabricación moverá alrededor de 15.000 millones de euros.

Paralelamente, el pasado 21 de enero en el exclusivo foro de Davos en Suiza (desde donde se manejan los destinos del mundo), el experto en inteligencia artificial y profesor de Berkeley Stuart Russell puso sobre aviso a los presidentes: “Estamos hablando de sistemas que pesan menos de 60 gramos, capaces de ir más rápido que una persona corriendo y que pueden hacer un agujero en la cabeza con sólo un gramo de material explosivo”. Es decir, una aplicación asesina (después dirán bélica) del regalo navideño. Es curioso que se dejó filtrar que ya lo tiene en su poder Hezbollah, sin aclarar quien lo fabrica o vende. Dicho más claramente, existe la posibilidad de la creación y puesta en marcha de millones de estos económicos aparatos en una frontera o zona de guerra que podrían causar el caos total con incontables muertos. Incluso, podrían definir una guerra.

Un drone modelo 2016. Foto: Google Imagees

¿Cómo se une esto con el dengue? El primer dron utilizado en el mundo fue el mosquito transmisor del dengue, la enfermedad virósica que el aedes aegypti inocula al picar. Es decir que un insecto de 7 mm de envergadura puede ser un arma biológica cuando lleno de virus es arrojado sobre una población. 

María G. Guzmán, prestigiosa investigadora del importante Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, declaró en La Habana que en el año 1981 Cuba informó de los primeros casos de dengue hemorrágico en América.

Los informes hablaban de más de 300.000 enfermos; en casos graves y muy graves, la cifra ascendía a más de 10.000 y 158 muertes. Hasta entonces, nunca se había dado una infección hemorrágica en la isla.

Recientemente, en sintonía con los cambios diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba, la Agencia de Inteligencia norteamericana (CIA) desclasificó informes con respecto a este tema. La isla fue azotada por el virus mediante una agresión bacteriológica muy bien estudiada. Se había practicado un cambio genético en el virus transportado por el agente aedes aegypti con la premeditada intención de transmitir el dengue hemorrágico que, hasta entonces, no se había manifestado en ninguna parte del mundo. La información desclasificada podría también explicar cómo el dengue febril se introdujo en América, siendo una afección típica de África y Asia. 

Recién en 2007, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) declararon a Cuba zona libre de dengue.

Sin embargo, el virus está de regreso en nuestra región. El Dr. Mario Rovere es quizás la mayor autoridad sanitaria de la Argentina, ex Viceministro de Salud Pública y ahora vice-decano y profesor titular en la Facultad de Medicina de la Matanza. En una entrevista realizada por la Revista Mu, advierte: “El dengue, el zika y la chikungunya son las tres patologías consideradas hoy amenazantes en Argentina». 

 

Situación actual de salud en nuestro país

Miles de personas se encuentran en alto riesgo de contraer enfermedades relacionadas con las inundaciones, a las que se suma la epidemia de dengue que afronta la región. Mientras tanto, el Ministerio de Salud de la Nación despidió a más de 100 trabajadores y tiene paralizados los operativos territoriales. No estamos hablando de Buenos Aires. Los despidos más sensibles para el combate de la epidemia de dengue se produjeron en las Delegaciones Sanitarias Federales de varias provincias y en las Unidades Sanitarias de zonas críticas como Clorinda (Formosa), Puerto General San Martín (Rosario, Santa Fe) y Entre Ríos, que forman parte de la estructura del Ministerio de Salud para evitar el ingreso de probables epidemias al país.

Principales focos de dengue, mapa suministrado por el Ministerio de Salud de la Nación. Foto: Google Images

Las políticas públicas de salud pueden centrarse en la vieja policía sanitaria (‘hacé esto’, ‘hacé lo otro’, que son mensajes conductistas) o en una convocatoria a la sociedad.

El profesor Rovere lo explica de manera clara en la entrevista con Mu: “En salud pública hubo un debate muy importante en la década de los 80s: unos decían ‘salud para todos’ y otros ‘salud con todos’. Ese ‘para’ en cierta manera lo que decía era ‘dejen que el Estado se ocupe’. Hoy en día los países que van más a fondo en esto asumen que el éxito en la lucha contra las enfermedades vectoriales es de la población, y se logra con una alianza estratégica entre el Estado y la sociedad… Hoy en día hay que pensar en alianzas fuertes entre ambos. En muchos casos, la sociedad puede suplir al Estado y, en algunas dimensiones, lo hace definitivamente mejor”.

Hasta el año pasado, el Ministerio brindaba prestaciones a más de 6.500 personas por mes sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires. En un contexto de brote epidemiológico, estos trabajadores son de gran utilidad para llevar adelante acciones de prevención junto con la población como las tareas de descacharrado. Además, la atención primaria descomprime y refuerza la atención médica. 

El Ministerio informó 15 000 casos de dengue hasta el 2 de marzo 2016, entre los que se produjeron 3 muertes: dos por complicaciones clínicas y la tercera por dengue hemorrágico. Casi la mitad de los enfermos tienen antecedentes de viaje a Formosa o Misiones, que son focos nacionales con brote sostenido. 

“Hay que poner el foco sobre el aedes aegypti. La impresión es que hay que seguir a este mosquito porque cuanto más aumenta la globalización, más chances de que pueda transmitir otras cosas”, insiste Rovere en la entrevista con MU. ¿Acaso una analogía con la tremenda efectividad del dron?

La promoción y la prevención de la Salud son herramientas claves para evitar focos de infección y epidemias. Ambas instancias sanitarias, al igual que el cuidado de las enfermedades, son una decisión política que debería tomarse ‘con todos’.

 

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