22.07.2016
Por Jamal Penjweny
Hoy, el mundo enfrenta la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. En una era mediática que puede resultar despiadada, las imágenes de Jamal Penjweny son una respuesta poética. En esta edición de Pucheronews, te presentamos su nuevo trabajo «Judíos Islámicos». En menos de tres años –desde 1947 a 1951 – los judíos iraquíes dejaron sus hogares en Iraq y se dirigieron a Israel. Su presencia e integración en la sociedad iraquí es un capítulo que se ha olvidado internacionalmente. Intereses políticos e ideológicos han reescrito la historia de acuerdo a distintas versiones. En un pueblo olvidado del sudeste de Iraq, Ahmad aún guarda sus nombres, fotos y calificaciones en los archivos de su oficina en Qala’t al Salih.
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Los judíos iraquíes se identificaron con la tierra iraquí, desde el comienzo del Estado de Iraq se proclamaron a si mismo judíos de acuerdo a la región e iraquíes de nacionalidad. El Rey Faisal les garantizó constitucionalmente libertad de trabajo e igualdad de derechos y oportunidades en empleos gubernamentales. Un mensaje de la diplomacia británica de fines del ´30 dice: “Los judíos de Iraq viven satisfechos, participan en todas las ramas del comercio y la economía, no piensan en emigrar.”
Desde el inicio del siglo XIX los judíos pudientes donaron fondos para la construcción de escuelas y universidades, alentando el establecimiento de un moderno sistema educativo que incluía clases en francés, inglés, árabe y hebreo. Qalat al Salih probablemente fue una de las instituciones benéficas.
La escuela Qala’t al Salih es un cofre que atesora historia. Allí se han preservado y archivados los registros escolares desde 1925 en adelante. Ahmad, el administrador de la escuela, es el guardián del valioso cofre del tesoro. Está orgulloso de mostrar a cada visitante los pesados registros que amorosamente archivó durante las últimas décadas. “Guardé los nombres y las fotos de los alumnos judíos. También guardé la campana original de la escuela, la que encontré cuando recién comencé a trabajar. Pero ellos no están. A partir de 1947 todos se escaparon. Desaparecieron casi repentinamente. Pocos en Qalat al Salih recuerdan o saben que fueron sus vecinos hace medio siglo” cuenta.
El éxodo de los judíos de Iraq es uno de las diásporas más grandes en la historia de las corrientes poblacionales. Entre 1950 y 1951, 120.000 judíos iraquíes se fueron de Iraq a Israel y nunca volvieron.
“Esta escuela se construyó en 1925 en memoria del Teniente General Sir Stanley Maude con fondos recaudados por Qalat al Salih” dice el epígrafe en la pared de la entrada a la escuela elemental en Qala’t al Salih, una pequeña ciudad del sudeste iraquí que una vez fue un centro importante de la comunidad judía en Iraq.
Varias generaciones de alumnos se sentaron en los bancos de las aulas de Qalat al Salih’s a partir de 1925.
En la época en que se grabó el epígrafe, la mayoría de los alumnos eran judíos. Actualmente todos son chiitas. Sin embargo poco ha cambiado en la escuela de Qalat al Salih durante el siglo pasado.
Al igual que sus predecesores, los alumnos asisten a clase todos los días desde las 8 am a las 5 pm y esperan ansiosos el toque de campana para correr y jugar en el patio. Las aulas se alinean todo a lo largo del patio rectangular: aritmética, literatura, ciencia, etc. Los pupitres marrones hacen fila de a dos. La campana de la escuela divide la mañana en clases de sesenta minutos. La luz del sol pega en el patio todas las tardes, día tras día. Los alumnos cuentan los días que faltan para las vacaciones de verano. Estudian, se gradúan, dejan la escuela y se convierten en adultos. Este ciclo se repite rítmicamente todos los años desde 1925. La escuela de Qalat al Salih parece inmortal y sin tiempo. Pero la historia se estira dentro de sus aulas y patio. La escuela se levantó en la época en que la región era un mosaico de comunidades que vivían una al lado de otras y los judíos eran parte integrada de la sociedad y economía de Iraq.
La historia dejó sus huellas en las paredes de Qalat’ al Salih y en la memoria de los habitantes de la ciudad. Ahmad, el administrador, cuenta “Me convertí en administrador de esta escuela hace varias décadas. Sin embargo, esta escuela tiene una larga historia, más larga que mi experiencia acá. Tal vez no lo crean pero hasta 1947 la mayoría de los alumnos eran judíos” recuerda levantando las cejas tras los anteojos de lectura.
Iraq alojaba una de las comunidades de judíos más numerosa y más próspera de la región. Desde la época de los otomanes, los judíos fueron activos y destacados comerciantes y panaderos. En el trazado de la Primera Guerra Mundial crecieron en número y en importancia. Casi 80.000 judíos vivían al norte de la región sur de Iraq: Mosul, Kirkuk, Basora y Bagdad. Muchos de ellos estaban empleados en la burocracia de las recién establecidas instituciones estatales iraquíes bajo el Mandato Británico (1917-1934).
Las causas de este éxodo masivo de Iraq aún son polémicas y encienden el debate entre los historiadores. Por cierto, la fundación del Estado de Israel, la matanza de 1941(FARHUD) en las áreas judías de Bagdad, las crecientes relaciones entre la Agencia Judía en Palestina y los movimientos ocultos de los sionistas en Iraq, todos juntos crearon las condiciones para la partida de los judíos de Iraq.
En Iraq, el recuerdo de los judíos se desvanece pero algunos nombres no se han borrado. Aún están escritos en los registros de la escuela de Qalat al Salih junto con sus fotos en blanco y negro y sus cursos. Estos chicos de seis, ocho y diez años hoy tiene alrededor de 65 años y viven en Jerusalén, en Tel Aviv, en Haifa…
Seguramente la mayoría desconoce que en un pueblo olvidado del sudeste de Iraq, Ahmad aún guarda sus nombres, fotos y calificaciones en los archivos de su oficina en Qala’t al Salih.
Iraq/ 2016
Todas las fotos © Jamal Penjweny
Traducción del texto original al español de María Elisa Cordiviola
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