Brasil: No pasarán… pero pasaron

01.09.2016

Por Diego Braude

 

En su nuevo microrrelato con fotografía, Braude deja el tango de lado para escribir su visión sobre los recientes acontecimientos en Brasil: la destitución de Dilma Roussef por parte del Senado.

***

 

Debería estar escribiendo sobre tango, pero hoy por la tarde ocurrió una vez más lo que dijimos hace menos de diez años que Nunca Más volvería a ocurrir. En aquel entonces, un juicio político express el Parlamento paraguayo destituyó al presidente Fernando Lugo.

 

Hoy fue mucho más alevoso: sin una causa sólida de ningún tipo, el Senado brasileño bajó a la presidenta Dilma Rousseff. De hecho, el golpe de Estado – de qué otra manera llamarlo – fue encabezado por legisladores que sí estaban involucrados en graves casos de corrupción. Pero, no contento con deshacerse de la presidenta, el gobierno de facto de Michel Temer ya anunció un profundo programa de ajuste y retroceso en Derechos Humanos y políticas de igualdad. Con este panorama, un grupo de jóvenes brasileños que viven en Buenos Aires se reunieron frente a la embajada de su país, para luego marchar hacia el obelisco.

 

Apenas unas horas después de que la Cancillería argentina reconociera lo que llamó un «proceso institucional», una muchacha nacida en el año ’79 narraba lo que había sido la lucha de su abuela y de su madre para conquistar derechos, derechos que consideraban sólo posibles en una democracia. Otros también tomaron el micrófono, algunos anotaron consignas, todos cantaron. En Buenos Aires, la manifestación no fue masiva (en Brasil sí) , pero fue la que pudo ser. También hubo argentinos, como quien suscribe.

Captura de pantalla del Twitter de Cancillería.

La imagen de un golpe de Estado no deja de ser extraña, como extraída de alguna película. Y ocurre, por supuesto, mientras la vida cotidiana continúa. Mañana, seguiremos posteando chistes o nuestros posteos habituales en redes sociales. Golpe de Estado suena a documental, a horror. Mañana voy a despertarme deseando que haya sido un sueño y, sin embargo, ahí va a estar Michel Temer con el ilegítimo título de presidente.

 

Velas prendidas, una lista de todo lo que se ha perdido desde que Temer comenzó a ejercer de manera interina. Ahí están las consignas, los rostros, las miradas, los cánticos. En medio de todo eso, aparece una amiga. Brasilera ella, de sonrisa eterna, fue quien me avisó de la convocatoria. Camina, acompañada por sus dos hijos. Me ve, se acerca, me abraza y llora.

 

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