El acto de asesinar

27.10.2016

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Un paisaje selvático, exótico. Sirenas que salen de un gran pez. Un ritual religioso conducido por un monje vestido de negro y bajo una generosa cascada. Podrían ser, todas, imágenes de un anuncio turístico. Pero nada que ver. Es el comienzo y la puesta en escena metafórica de «The Act of Killing» (El Acto de Asesinar): un documental sobre el genocidio organizado y perpetrado en Indonesia por la dictadura a mediados de los años sesenta. Metáfora que funciona en clave irónica sobre el contraste evidente entre una geografía paradisíaca y un episodio tan lacerante. Joshua Oppenheimer trabajó cinco años con testigos – asesinos y sobrevivientes – y otros tres en la isla de montaje para finalizar la titánica tarea de reconstruir este episodios sangriento y escondido de la historia del sudeste asiático. Hubo más de medio millón de asesinatos.

 

***

 

Oppenheimer recrea en el film, cada uno de los actos atroces cometidos por miembros de la Pancasila Youth: una especie de banda de paramilitares organizados por la dictadura de los 70s para aniquilar a toda oposición. El realizador propone, de esta forma, una vuelta de tuerca sumamente original para el género. En el documental moderno, las recreaciones de aquellos episodios de los que no se tienen ni registro audiovisual ni fotográfico son reemplazados por recreaciones guionadas y actuadas. Sin embargo, El Acto de Asesinar va un paso más allá y recrea aquellos hechos, 50 años después, pero con sus protagonistas reales. Los vivos. Los asesinos.

Así vemos como Anwar Congo, protagonista del film, ya jubilado, repasa sus métodos de tortura y exterminio junto a sus compinches. También presenciamos la tarea de reclutar extras en la población y el backstage en el que se diseñan las escenas a filmar, discuten sobre el vestuario, sobre los detalles de cada tortura, de cada ataque. Con la excusa de matar “comunistas”, caen intelectuales, campesinos, periodistas, dirigentes gremiales y políticos.

Inspirados en el cine de Hollywood, Anwar y su tropa copia cada uno de los gestos de aquellos íconos. De aquellos que arropados con trajes de gángsters le hacían pasar tardes inolvidables en los cines de su barrio. Porque eso es Anwar, un gángster. Y eso es la Pancasila Youth, una banda de criminales a sueldo. Criminales que tanto mataron “comunistas” en su momento, como siguieron delinquiendo luego en cualquiera de las formas.

No se perciben muestras de arrepentimiento en ellos. Incluso describen la forma de escapar de toda pesadilla con bailes, drogas o alcohol. Tratan de mostrarse orgullosos. Están amparados por una sociedad que no los juzga; por el contrario, los trata como estrellas. Pasean por programas de televisión como héroes nacionales. Debaten sobre los crímenes de guerra. “Somos lo ganadores, ponemos las reglas”, se justifican a coro. Incluso citan el caso de la dictadura argentina como ejemplo.

En paralelo, la película muestra la colaboración de EEUU en las masacres. Fondos, armas, conocimiento, todo aportado por la inefable CIA, actuando siempre en las sombras.

El Acto de Asesinar, como toda gran película, nos llena de preguntas. También de planteos éticos o morales. ¿Está bien elegir a un asesino para que cuente su historia? ¿Es correcto recrear semejantes episodios? ¿Se puede tener una actitud de cierta complacencia o complicidad con alguien que cometió ese tipo de actos?

Escena de la película. Foto: Google Images

Ocho años de exhaustivo y admirable trabajo, le permitieron al realizador demostrarnos que sí valía la pena el intento. Que si tenía sentido reconstruir esa historia. Qué había que revelar detalles de una masacre velada al mundo. Enfocar en su sedimento. Esa fue la intención de Oppenheimer y así de exitoso fue su resultado.

Queda prohibido matar. Por lo tanto, todos los asesinos son castigados, a menos que maten en gran número, y al son de trompetas”, es una frase de Voltaire que vemos al comienzo del documental Tal vez sirva para ilustrar una de las tantas paradojas de la humanidad con la que tan bien se involucra el film.

“Fuimos habilitados para hacer eso y la prueba es que no fuimos penados por hacerlo”, confiesa Anwar. Es el final. Final en el que somos testigos del quiebre emocional e intento de redención de un protagonista de hechos que resultan imposibles de perdonar. Incluso viviendo, en tiempo y espacio, a miles de kilómetros de distacia de aquellos episodios.

 

FICHA TECNICA: The Act of Killing

Año: 2012

País: Dinamarca, Reino Unido, Noruega

Duración: 159 min.

Director: Joshua Oppenheimer

Música compuesta por: Elin Øyen Vister

Productores: Signe Byrge Sørensen, Werner Herzog, Errol Morris, Andre Singer y Joram Ten Brink

 

Escena de la película. Foto: Google Images

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