Mujeres a la calle: resistencia al primer día de la era Trump

06.01.2017

Por

 

El 21 de enero, un día después de que Trump asuma como presidente, miles de mujeres saldrán a la calle en Washington para marchar por sus derechos. La iniciativa, que se replicará en varias ciudades del país y del mundo, vela tanto por los derechos de género como de raza, religión, inmigración y salud. Donald no estará contento. A ellas no les importa: “los derechos de las mujeres son derechos humanos” dicen. Y no permitirán ningún retroceso.

 

***

 

Washington siempre es testigo de las manifestaciones históricas. Lo fue en 1917, cuando mujeres de todo el país se reunieron para pelear y ganar el derecho al voto femenino. En 1963 observó a Martín Luther King pararse ante más de 200.000 personas, en plena lucha por los derechos civiles, para que su discurso “I have a dream” quedara grabado en la cabeza de millones de personas alrededor del mundo. La ciudad también fue testigo en los 70s de las protestas contra la guerra de Vietnam; y recientemente albergó al movimiento “Black Lives Matter” que se enfrenta a cualquier hecho de violencia y odio contra la comunidad afroamericana. Este 21 de enero, un día después de la asunción de Donald Trump, verá a cientos de miles de mujeres salir a la calle para luchar por sus derechos. La marcha, pese a que descarta ser una protesta Anti-Trump, busca mandar un mensaje a la administración entrante: cualquier tipo de ofensiva contra ese grupo les va a costar caro. Ellas tienen el respaldo de cientos de organizaciones no gubernamentales y otras instituciones. Quieren convertirse en un movimiento.

La marcha surgió días después de la elección. Empezó como algo pequeño, similar a la magnitud de distintas manifestaciones contra el presidente electo en varios puntos del país. Se creó un grupo de Facebook, donde la consigna era clara: las mujeres se juntan para protestar contra Trump, aquel que llevó a cabo una campaña sostenida, entre otras cosas, por una retórica misógina y machista. El grupo se volvió viral. La iniciativa se expandió por todo el país; habrá más de 80 manifestaciones paralelas en distintos estados y en varias ciudades del mundo. El objetivo de la convocatoria también tuvo que cambiar. Ya no se trataba de una manifestación en contra de Trump, sino la posibilidad de generar una comunidad proactiva para defender los derechos de las mujeres en tiempos en los que peligran.

La marcha pretende «enviar un mensaje valiente a la nueva administración en su primer día de gobierno, y al mundo, de que los derechos de la mujer son derechos humanos» según indica la página oficial de la convocatoria. Cualquier persona que apoye los derechos de la mujer está invitada a participar.

La propuesta logró la adhesión de importantes ONGs y organizaciones sociales. Planned Parenthood, la organización sin fin de lucro que promueve servicios de salud reproductivos para millones de mujeres , y que fue señalada por Trump durante la campaña, es uno de los principales auspiciantes. También lo es NARAL, cuyo propósito es luchar por el acceso al aborto en todo el país. Líderes feministas, defensores de derechos civiles y personalidades de diversos ámbitos se sumaron a la propuesta. La marcha estará acompañada por la creación de una agenda y pasos a seguir después de enero; diversas organizaciones aportaron ayuda. A cambio, los responsables de la marcha se comprometen a acompañar cualquier manifestación en contra del Congreso en el caso de que se  recorte el presupuesto que dichas organizaciones reciben –algo que Trump ya amenazó con ejecutar.

Luego de un par de semanas con el riesgo a que la iniciativa fracase por problemas de logística, la convocatoria consiguió un permiso oficial por parte de las autoridades de Washington. Se estima que más de 200.000 personas marcharán saliendo desde el Parlamento y con un recorrido que todavía se debe definir. Mientras la marcha central será en la capital, se desprenden decenas de organizaciones locales que ordenarán las demostraciones en más de 80 ciudades estadounidenses. También participarán otros lugares del mundo como Sydney, Barcelona, Ciudad de México, París y Londres.

Los esfuerzos de coordinación de la marcha central incluyen servicios de transporte para asegurar que la gente de cualquier estado llegue ese día a Washington. Según el sitio Booking, el 80% de los hoteles de la ciudad están reservados para la noche anterior. Los precios de los alojamientos en Airbnb se dispararon y los residentes comenzaron a ofrecer espacios en grupos cerrados de Facebook. Poco tiempo de recuperación tendrá la ciudad luego de la ceremonia que dará comienzo al mandato de Trump. Al otro día espera a mujeres de todo el país, listas para pisar fuerte.

 

Mary Magdalene Serra es una directora de cine que reside en Nueva York. Hace más de 30 años busca, a través de sus películas, aportar conciencia de género y visibilizar el rol de la mujer en su país. Por supuesto, su presencia en Washington no podía faltar: alquiló, junto con un amigo, un micro para 50 personas, capacidad suficiente para invitar a varios conocidos. “Yo peleo por la igualdad de la mujer. La Enmienda por los Derechos de la Igualdad (ERA, por sus siglas en inglés, propuesta en 1923 para que se incorporen en la constitución derechos que garanticen la igualdad de la mujer) nunca logró ser sancionada por el Congreso, ni siquiera cuando Obama lo propuso en 2015. Yo marcho por la justicia, la igualdad y la democracia para todas las mujeres”. Con cámara en mano, intentará documentar todo lo que suceda en la marcha, en la que teme que haya represalias por parte de las fuerzas policiales. “Temo un retroceso en la libertad de expresión, y Trump es una pesadilla que debemos resistir. En parte por honor a mi nombre, debo expresar mis pensamientos y luchar por la igualdad de las mujeres” expresó, consultada por este medio.

Si bien el mensaje central es proteger los derechos de la mujer, la marcha también busca defender tanto los derechos civiles como los servicios de acceso a la salud, y se opone a cualquier tipo de deportación y acto de violencia por factores religiosos. Además de miles de mujeres, se espera un alto número de manifestantes musulmanes y provenientes de otras minorías.

El mensaje servirá tanto para la próxima administración como para otros países. Mark Street, uno de los tantos hombres que acudirán a la marcha en Nueva York, cree que la convocatoria es una posibilidad de mostra que la mayoría de los estadounidenses no apoya la retórica xenófoba, misógina y racista de Trump. «Es un peligro para mi país y para el mundo». Él, a diferencia de otras manifestaciones, no cuestionará la legitimidad de su presidencia y el rol del colegio electoral, aunque aclara que el voto popular lo ganó Hillary. “Levanto mi voz para proteger a las mujeres. Lamentablemente creo que ellas corren peligro en la administración de Trump: el derecho a un aborto seguro y legal (aun en demanda) será infringido; el acceso a la anticoncepción se complicará y los casos de acoso sexual aumentarán. Basta solo con escuchar sus dichos durante la campaña”.

El año que duró la campaña y el gabinete que eligió -en el cual habrá solo tres mujeres y donde se destacan funcionarios con historiales de rechazo hacia las minorías- alcanza y sobra para que el temor sea fundado. Las mujeres, la comunidad LGBTIQ, los inmigrantes y los musulmanes, hasta los defensores del medio ambiente tienen suficientes razones para estar preocupados. ¿Se puede extraer algo positivo? Para una gran parte del sector activista sí.

Desde el 8 de noviembre las movilizaciones aumentaron de forma exponencial. Las ONGs, a su vez, recibieron millones de dólares en donaciones, como aseguran representantes de Planned Parenthood y ACLU, la asociación que vela por los derechos civiles de los estadounidenses. Los jóvenes están comenzando a salir a la calle por primera vez, donde encuentran manifestaciones de todo tipo de comunidades para sumarse.

 

Mark se siente con mucha energía, como nunca estuvo en su vida. «Es fácil ser un activista cuando en el poder están personas con las que en su mayoría concordás. Yo espero trabajar duro como nunca estos años. Quiero estar atento, informado y abierto a inesperadas formas de resistencia: desde ayudar a familias inmigrantes hasta hacer campaña por candidatos progresistas. Todo el mundo que conozco está aturdido, deprimido y tambaleándose. Debemos transformar esos sentimientos en acciones», se entusiasma.

Para Mary, más que una era dorada será una “era oscura para el activismo”. Teme actitudes agresivas y violentas por parte de la policía.

Trump llegará al poder con un Congreso controlado por republicanos, con promesas de desmantelar la mayoría de las políticas de Obama y recortar, entre otras áreas, el presupuesto social. El 21 de enero, las mujeres saldrán a la calle en una movilización que podría convertirse en la más masiva que haya visto el país luego de una inauguración presidencial. La lucha recién comienza.

 

Leé la versión en inglés de esta nota acá

 

 

Autor/a:

¡Compartir!
¿Te gustó? ¡Compartilo!

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *