12.05.2017
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¿Con qué app empezar a buscar citas? ¿Qué criterio de selección aplicar para poner «like»a un hombre? ¿Cómo se avanza? Acá, te cuento mis experiencias en Tinder.
Decidí empezar con la app de citas Tinder porque es como un catálogo. Uno ve fotos y tiene que decidir si ese candidato le gusta o no. Si es “no”, el problema es que no hay lugar para arrepentimientos y salvo raras excepciones, ese candidato no vuelve a aparecer. Es un problema para personas indecisas como yo. Y si es “sí”, hay que esperar a que el otro también te de un like. Y el problema acá es que si el candidato no te da el like, tampoco lo volvés a ver. Pero por suerte, existe la función de “Compartir”. Así podés compartir o enviarle a alguna amiga cómplice que también tenga Tinder ese perfil, ya sea para pasar noches de insomnio riéndote y mofándote de esos ejemplares o cruzando los dedos para que te regale el tan esperado like.
En cuanto a candidatos, hay de todo -capaz demasiado. Cuando salgo, elijo a dónde ir, con quién, con qué ambientación, con qué clase de música, con qué tipo de candidatos, etcétera. Digamos que me pongo un poco snob. Ese asqueroso y minuciosos filtro que hago en la vida real, en Tinder no lo puedo hacer. Pero en Tinder creo que termino haciendo algo mucho peor, convirtiendo el proceso de selección en un proceso híper frívolo. En principio, en la vida real, puedo hablar con feos pero simpáticos, pero a través de la app, sólo elijo chicos lindos. Es un poco lógico porque hay que elegir a través de fotos. Y las opciones son:
- Muy feos: tiendo a discriminarlos
- Feos: me creo demasiado para ellos
- Normales: ahí suelo detenerme y empiezo a analizar otros factores, como nombre, edad, ocupación, zona donde vive, si tiene fotos en instagram, si tengo amigos en común en Facebook, analizo la breve reseña sobre ellos mismos que algunos hacen, etcétera
- Lindos: analizo y dudo
- Muy lindos: dudo, porque creo que algunos son fakes (falsos) o que no quieren nada serio
Si en persona suelo poner mis “peros” a un potencial candidato, en Tinder me vuelvo una persona bastante ridícula. De repente, me descubro poniendo que “no” a un “Walter”, por ejemplo, sólo porque no me gusta el nombre. O le pongo que “no” si su reseña me parece ridícula. O le pongo que “no” si no me gusta cómo se viste y me parece grasa. O también, cuando en sus antecedentes educativos ponen “Universidad de la calle”. Y otra cosa que me desespera son las faltas de ortografía.
Ojo, también algunos se ganan el “no”. Hay varios que aclaran que son casados y que sólo buscan pasarla bien. Hay algunos que buscan chicas sumisas, o parejas que buscan una chica para un trío. Y hasta me pasó de ver un falso candidato que buscaba chicas que quisieran aparecer en videos con una buena suma de dinero, y por supuesto no faltan los taxi boys. Hay tipos desagradables también, que suben foto de su bulto (o supuesto bulto) o algunos que se hacen los payasos. Hay muchos que se sacan fotos en cueros en el baño, y hay algunos que se la sacan en broma, y otros en la reseña critican a los que se la sacan. También algunos critican a los que suben fotos de viajes. Esos me dan a resentidos, así que se ganan mi “no”. Uyyy! Se ganan mi “no” los que suben fotos con famosos (no entiendo por qué lo hacen), o fotos con la madre (me dan muy mameros) o fotos con los hijos (en este caso, no es un problema que tenga hijos, pero no me parece exponerlos de esa manera). O fotos con amigos y no podés saber cuál de todos está en oferta.
¿Entonces a quiénes les puedo dar un “Sí”? La verdad es que me quedan pocos. Igual debo reconocer que a algunos les puse que “sí” porque porque me aburrió poner tantos “no”.
Finalmente, entre esos pocos “sí”, sólo me queda esperar a que alguno de ellos me responda ese “like” para pasar a la segunda instancia: conversar.
Me pregunto si ellos pondrán tantos filtros como yo. La próxima les cuento cómo sigue.
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