Chicas y tecnología: ¿realidad o ficción?

06.07.2017

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¿Cómo es la relación entre mujeres y tecnología? Pascual Calicchio se adentra en otro ámbito donde las chicas quieren romper el techo de cristal. Mientras aparecen iniciativas para impulsar proyectos tecnológicos con perspectiva de género, la paridad en Ciencia y Tecnología aún continúa lejana. ¿Qué consecuencias tiene? ¿Cómo cerrar la brecha?

 

Uno de mis amores platónicos, sin duda, es Lisbeth Salander. Para quienes no leyeron la saga Millenium ni vieron las películas, diré brevemente que Lisbeth es una chica con gran capacidad para el uso de las nuevas tecnologías entre otras cosas. Una rareza en un mundo predominantemente masculino; tal es así que, salvo en La Red con Sandra Bullock (mi anterior amor platónico), la ficción casi siempre excluyó a las mujeres en las películas de nerds.

¿Se condicen la ficción con la realidad? Parece que sí, e incluso se retroalimentan. Según contó la economista Mercedes D’Alessandro en el último Festival de Innovación y Tecnología Social (FITS) sólo el 18% de los estudiantes de tecnología y 1 de cada 10 programadores son mujeres. En la mayoría de los eventos relacionados con la tecnología que se realizan en nuestro país las proporciones se repiten.

Pero como sucede en otros ámbitos hay muchas mujeres trabajando para revertir esta tendencia. #NiUnaMenos, con tres años en las calles y en el imaginario social, excede a los femicidios que son la punta del iceberg. Las mujeres movilizadas hacen visible otras problemáticas -que por cierto no son nuevos y se debaten hace años en los Encuentros Nacionales de Mujeres. Salir a las calles obliga a que la agenda política, social y de los medios considere estos temas aunque sea en cuentagotas.

Las mujeres han sido pioneras en muchas áreas a lo largo de la historia. La matemática Ada Lovelace ya en el siglo XIX escribía algoritmos y desarrollaba el primer programa para computadora: 130 años antes que naciera Larry Page!

O las matemáticas Katherine JohnsonDorothy Vaughan y Mary Jackson, popularizadas por la película Talentos Ocultos, que a fines de la década del 60 fueron fundamentales para el trabajo de una NASA dispuesta a conquistar los cielos.

En el terreno de la tecnología, el cupo femenino ha ido hacia atrás. Las mujeres eran el 75% de la matrícula del alumnado de la carrera de Ciencias de la Computación en la UBA pero la proporción fue decreciendo hasta un 11% en el 2016. Fenómeno que se repite en los EEUU y en España entre otros países, según Carolina Hadad, programadora y miembro de Chicas en Tecnología.

 

¿Que provocó este declive en la matriculación de las mujeres en carreras vinculadas a la informática? La mayoría de los estudios y de las especialistas consultadas por Puchero coinciden en que hay una invisibilización de las científicas más destacadas y una representación en los medios y las publicidades del mundo tech como un mundo masculino.

Pula Alvarez se define como casi astrónoma, casi profesora de física y escribe sobre ciencia en El Gato y la Caja. Puchero la entrevistó sobre esta problemática: Creo que la principal razón es la falta de referentes con quién identificarse. No porque no haya (o no haya habido) mujeres súper grosas en ciencia y tecnología, sino porque sus identidades suelen quedar en la letra chica de la historia. Yo estudio astronomía. Hace 12 años que estoy en la facultad y nunca había escuchado sobre las tres mujeres que cuenta la película Talentos Ocultos. » Pula cree que esa falta de identificación con una mujer-modelo a seguir es el primer escalón de muchos, cuyos máximos exponentes son los comentarios de que los varones son mejores en matemática y mejores profesores universitarios, que las mujeres deberían lavar más platos y ser menos ingenieras.

El estudio “Y las mujeres… ¿Dónde están?» realizado en 2014 por la Fundación Sadosky para determinar la presencia femenina en la informática entrevistó a 627 adolescentes del conurbano.

La principal conclusión del estudio es que las representaciones que alejan a las mujeres de la informática se encuentran estabilizadas en la adolescencia tanto entre los varones como entre las mujeres. Indica además que la programación aparece rankeada décima entre trece opciones acerca de las representaciones sobre la correspondencia de distintas actividades laborales y el género femenino. En términos de carreras de educación superior deseadas, entre las mujeres, las carreras informáticas ocupan el anteúltimo lugar, y son elegidas sólo por un 2,3% de las entrevistadas.

El periodista español Juan Carlos González pone al año 84 como bisagra porque ese año el número de mujeres que estudiaban ciencias de la computación empezó a bajar. De un 37% de graduadas a mediados de los 80, la cifra se derrumbó hasta llegar al 26,7% a finales de los noventa. En 2011, menos del 12% de los graduados en informática eran mujeres, según sus datos.

Entre las causas, las analistas mencionan, por un lado, la relación que las mujeres establecen con las computadoras -lejos del fetichismo que suele provocar en los hombres- y un importante rol de los medios y las publicidades que muestran siempre a los “nerds” como gorditos con anteojos o a la play como el punto de encuentro de los amigos hombres

 

Las chicas dan pelea

En los últimos años muchas chicas mostraron en eventos como el antes mencionado FITS, o Hack Hackers, Media Party, cuán dispuestas están a dar pelea en este terreno.

Chicas en Tecnología, Chicas Poderosas o Media Chicas son algunas de las comunidades que impulsan la visibilización de esta problemática a través de talleres, eventos, notas en los medios, etc.

Pula Alvarez cuenta que tenía muchísimas compañeras de cursada, pero hay muy pocas profesoras mujeres a lo largo de la carrera. El dato no le había llamado la atención hasta que le pidieron que organizara un taller de formación para compañerxs y hablara del rol de la mujer en el ámbito científico.

Chicas poderosas de Argentina manifiesta en su fan page:  “El desafío profesional al que nos enfrentamos en el terreno de la comunicación digital no consiste simplemente en ‘adaptarse al cambio’. Lo que se plantea como exigencia es mucho más radical y con el objetivo de comprender y controlar las nuevas características de los medios, la vanguardia de la comunicación y las nuevas tecnologías. De los que se trata es de ser protagonistas –no meros espectadores o cronistas- de la revolución tecnológica, para poder convertir en realidades nuestros objetivos y las promesas de la era digital”.

Ser protagonistas, empoderarse, visibilizar, romper el “techo de cristal” son también consignas en el ámbito de la tecnología.

“Cuando miramos la pirámide jerárquica -dice Pula Alvarez- parece que el clima no es muy esperanzador: en las categorías de investigación más altas la mayoría siguen siendo hombres. Creo que la pregunta principal es qué rol cumplimos las mujeres cuando nos insertamos en este campo laboral; la mayoría de las direcciones de grupos de investigación están a cargo de hombres, incluso en algunos lugares se trasladan los roles de género del resto de los planos de la vida social: no faltan las mujeres que siguen contando cómo sus compañeros de laboratorio cuando terminan de trabajar se van asumiendo que, si hay una mujer, ella se tienen que encargar de limpiar los materiales. 

¡Ni hablar de las dificultades de aquellas que deciden ser madres! Eso suele repercutir en la cantidad de publicaciones y eso afecta casi directamente las posibilidades de acceso a becas, financiación, etc. 

Atacar el problema desde temprano es la consigna. Chicas en Tecnología (@chicasentec) capacita e incentiva a las adolescentes a través de diferentes propuestas. “Programando un Mundo Mejor” -PUMM- tiene como objetivo que mujeres adolescentes diseñen y desarrollen una App para celulares que resuelva un problema de su comunidad generando un impacto social con tecnología.

 

Desde las empresas también se lanzan programas para revertir la situación. Telefónica junto a Media Chicas realizó en Córdoba Mujeres4Tech y Google impulsa el Google´s Women Techmakers que realizó el Chicas/Hackers en Argentina.

A estos esfuerzos de la sociedad civil, las ONG y las empresas debería sumarse una política pública activa que promueva y garantice la participación de las mujeres en estos ámbitos.

Pula Alvarez señala que es necesario profundizar la motivación a estas carreras, haciendo hincapié en la participación de mujeres y recordar que el ‘techo de cristal’ invisibilizado, por medio de las mismas desigualdades estructurales del resto de la sociedad y la cultura, hace mucho más difícil crecer y ascender a las mujeres en el campo de ciencia y la tecnología.

«Por eso, las mujeres debemos revisar las trabas con las que nos encontramos una vez adentro y buscar formas de equiparar lo que hoy es una pirámide, en la que la base tiene una relación de paridad entre varones y mujeres pero que, en la cima, tiene una clara mayoría masculina ocupando cargos de poder.“

 

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