Elecciones 2017: una batalla abierta

17.08.2017

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Por más que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) sean catalogadas como una gran encuesta pública, se juega mucho más en ellas. En esta primera parte, el sociólogo Martín Gendler analiza que estuvo en disputa y lo que dejaron las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.

 

Por un lado, los partidos chicos se juegan, nada más y nada menos, la participación en las elecciones de octubre; cosa que suele olvidarse al estar el foco de las cámaras sobre los partidos mayoritarios o sobre las grandes figuras políticas. Las PASO, más que una encuesta abierta, son un termómetro: un indicador que permite al votante pensar de otra manera para las elecciones de octubre y a los candidatos rearmar estrategias: visitar distritos adversos, implementar nuevas políticas públicas o actos electorales entre un gran etcétera.

Por el otro, los resultados de esta interna abierta casi sentencian de antemano una elección (CFK en 2011) o abrir el panorama para que otros reeplanteen su voto (la elección presidencial en 2015). Entonces la PASO, además de definir los candidatos oficiales para las fuerzas que apuesten a hacerlo en ellas (que vale remarcar, cada vez son menos), son una herramienta que opera mejor que cualquier encuesta o predicción de Big Data posible.

Queda sobre la mesa que, lejos de inocuas, las PASO ayudaron casi a sepultar tres candidatos: Massa, Randazzo, Lousteau; casi asegurar la victoria de otros como Carrió y potenciar otro tanto como fue el caso de Bullrich.  Pero empecemos por CABA.

 

CABA o te cavan

Los grandes ganadores de esta elección son Lilita Carrió y Mauricio Macri. La candidata principal de la lista de diputados «Vamos Juntos «(recordemos que la CABA fue el único distrito electoral donde no pudieron usar el sello Cambiemos ya que la UCR fue por separado) logró un resultado del 49,55% sacando casi 34 puntos de diferencia con el que quedó en segundo lugar, Daniel Filmus (Unidad Ciudadana).

En este sentido, la apuesta del gobierno nacional de optar por una de las fundadoras de Cambiemos, una de las figuras más populares y elegibles históricamente en el distrito de la capital dio sus frutos por partida doble.

 

En primer lugar, Elisa Carrió logró por primera vez ganar en una elección legislativa en la Ciudad, algo que no suele recordarse. Si bien en todas ellas, tras romper con la UCR en 2001, resultó electa, esta es la primera vez que logra imponerse.

En segundo lugar, esta movida no solo quedará para los anales personales de Lilita sino que rectifica un apoyo sumamente importante del distrito porteño al gobierno nacional y especialmente al presidente Mauricio Macri, espaldarazo importante luego de haber estado a 3 puntos de quedar afuera en 2015.

Merece una mención especial Martín Lousteau, el gran cuco y enemigo en ese ballotage porteño. Hace dos años, Lousteau contaba el apoyo de Carrió que había popularizado la frase “Si es pelado no vote, si es rulo vote”. En 2015, Lousteau contó con sus votos, los de la UCR, y los de lo sectores que suelen apoyar y votar a Carrió.

En esta elección,  Lousteau terminó solo con un 13,05%; fenómeno sencillo de explicar: Lousteau y Carrió comparten un electorado que no suele preferir a los candidatos del PRO (aunque pueda simpatizar con ellos). El traslado de los votos a Carrió, su candidata preferida, demuestra un gran acierto en la estrategia electoral del macrismo en la ciudad de Buenos Aires: logró operar esta disminución de votos y, a la vez, comprometer seriamente las posibilidades electorales de Lousteau de cara a las próximas elecciones de Jefe de Gobierno de 2019.

A diferencia de otros análisis, usted habrá podido observar que no digo que el otro gran ganador es Horacio Rodríguez Larreta. Si bien podemos prever -aunque a seguro se lo llevaron preso- que Lousteau quedó muy debilitado para la carrera porteña, históricamente Carrió es una candidata sumamente volátil con cierta tendencia a romper los frentes que integra y con un electorado que la suele votar para las legislativas, pero no para las ejecutivas. Por lo tanto, este notable caudal de votos conseguido ahora por Carrió, en 2019 podría jugar en contra de Larreta -que jamás levantó su mala imagen. O sea, el panorama porteño quedó abierto.

Respecto al espacio kirchnerista-peronista, Daniel Filmus volvió a demostrar que es el candidato de este espacio con mejor performance electoral en la ciudad, superando ampliamente la interna que lo enfrentó al ex Secretario de Comercio Guillermo Moreno y a Itai Hagman.

Sin embargo, la notable baja de Lousteau lo perfila al segundo puesto en CABA, casi con seguridad incorpore el voto peronista duro de Moreno y la mayoría del voto de Hagman. Restará ver la diferencia que tendrá con Carrió y si puede acortarla o si ella logra sumar aún más votos de Lousteau y estirar aún más la diferencia.

 

Cabe una nota aparte sobre Hagman y su espacio “Ahora Buenos Aires”, más conocido en el ámbito universitario. Lograron un 2,28% de los votos en las elecciones legislativas en 2013 y un 2,45% en las legislativas de la Ciudad en 2015 de forma independiente al kirchnerismo-peronismo.El 2,31% l en estas elecciones quizás sea un indicador para  replantearse si ir en las PASO dentro de este espacio sea lo adecuado.

Respecto al resto de los espacios, sorprendió ampliamente la elección lograda por Matías Tombolini (1País) con el 3,91% y algunas posibilidades de ingresar a la cámara baja. Resta ver si el magro resultado obtenido por el referente nacional de este espacio Sergio Massa, no puede generar una disminución de votos pensando en octubre.

A su vez, el FIT (3,79%) logró levemente subir su performance electoral de 2015; Luis Zamora (3,69%) logró un resultado similar al de las últimas elecciones. Ahora irán por las restantes fuerzas de izquierda que no lograron superar el umbral de 1,5%. La batalla por el “último diputado” también está abierta.

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