LA MEJOR PEOR PELÍCULA

05.12.2017

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El mundo audiovisual nos depara cada tanto alguna sorpresa. Así es como un tal Ed Wood puede pasar, en un abrir y cerrar de ojos, de ser el peor director de todos los tiempos a convertirse en un personaje de culto. Tim Burton, quien consideró meritoria la pasión y constancia de Wood más allá de todas sus torpezas, lo homenajeó con su estupenda película homónima. Algo parecido intenta Michael Stephenson con su documental La Mejor Peor Película (Best Worst movie). Stephenson recupera el film de horror de 1990 Troll 2, del director italiano Claudio Fragasso y en el que él mismo participó, para desafiar todos los standards de la crítica cinéfila. El realizador se propone demostrar que una película puede, a pesar de todas sus limitaciones, cumplir con la más básicas de sus premisas: entretener a toda una audiencia.

 

Alabama, el profundo EEUU sureño es el lugar donde comienza La Mejor Peor Película. Allí nos presentan al respetado y querido odontólogo George Hardy. Diferentes testimonios nos hablan de lo solidario, divertido y buena gente que es Hardy. Uno de ellos, el de su madre, no escatima en elogios hacia su hijo, hasta que…la música se detiene… y llega la pregunta incómoda: “¿Qué le pareció la actuación de su hijo en Troll 2?”. En un silencio que asusta, entre carcajadas y llantos la madre lanza: “Y…no es precisamente Cary Grant, ¿no?”. El padre tampoco ayuda demasiado: “No sé si es mejor contárselo a la gente o mantenerse callado”. Las palabras para Hardy y la “obra” en la que participó hace 17 años siguen el mismo rumbo: “¡George y el que está en esa película no pueden ser la misma persona!”, “¡Esa película no puede ser tan mala!”. O como el mismo George reconoce mientras se agarra la cabeza: “La verdad es que no podía ser peor”

Sin embargo, y como bien describe uno de los fans de Troll 2: “La película es tan divertida que es imposible odiarla”. Lo mismo pensó Michael Stephenson, su director. Abrumado porque aquel papel que le tocó en la película, el del más chico de la familia, no lo llevó a ninguna fama soñada, Stephenson descubrió que lo malo a veces puede ser bueno. Luego de contactar a Hardy, uno de los protagonistas, se juramentó reconstruir los eventos que llevaron a tamaño dislate cinematográfico. Así fueron apareciendo, desde los actores que omitieron en su CV su participación en el film para poder tener futuro en la industria, hasta Claudio Fragasso, el curioso director italiano. Este último, en un inglés primitivo, aún hoy se pelea con quienes le otorgaron a su film el título tan poco elegante de peor película del mundo: “Yo no sigo mucho a la crítica y la crítica no me sigue mucho a mi”. Viendo Troll 2 se comprende perfecto la segunda parte de la oración. Por último, la guionista, también italiana, confiesa sin ruborizarse que la historia de pequeños duendes que persiguen a la familia (nunca se entiende la palabra troll en el título), “son vampiros con sangre verde, porque ya estoy cansada de esta moda vegana que está asolando al mundo”

 

Troll 2 es un delicioso disparate. Salvo algún desorientado como Fragasso, que aún hoy día defiende su film “porque es un mensaje en defensa de la familia contra los ataques de los que quieren destruirla”, el resto del equipo comprende el juego a la perfección. No hay nada de aquella experiencia para tomarse en serio más que pasar un buen rato. A su vez, exhibiciones con adolescentes enfervorizados, club de fans que reconstruyen cada una de las escenas más “relevantes”, si se permite el término, confirman que el cine puede ser muchas cosas a la vez.  Por ejemplo, un fenómeno de culto y reverencia a lo bizarro. A veces no importa el talento, el presupuesto, o la historia.  A veces alcanza que una película entretenga. O que sea propietaria del adjetivo “Encantadora”: un atributo que grandes esfuerzos cinematográficos no han logrado atesorar. Y que tal vez a Troll 2 le permita tener descendencia. Al menos George Hardy no tiene dudas al respecto y así lo vocifera: “¡Si Claudio se decide, claro que protagonizaría Troll 3!”

 

Para ver el documental subtitulado clickeá acá

 

FICHA TÉCNICA

Dirección: Michael Stephenson

Música: Bobby Tahouri

 

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