Colonias tecnológicas para lxs pibxs

04.02.2018

Por

 

En el primer capítulo de la serie danesa Rita que se puede ver en Netflix la protagonista (que es docente) le presenta la escuela a una nueva profesora principiante. Cuando pasa por la zona de computadoras dice “acá están los raros”. Aún hoy a pesar de que las computadoras son de uso cotidiano y masivo quienes trabajan con ellas pueden ser vistos como “nerds” frente a los “populares” que suelen ser deportistas según el canon de las series para jóvenes norteamericanas.

 

Las colonias de verano suelen estar pensadas con los conceptos del segundo grupo: deporte, aire libre, pileta. Pero en los últimos años han aparecido alternativas para quienes tienen otros gustos o intereses como por ejemplo el arte o en este caso la tecnología. En PucheroNews, entrevistamos a Leandro Swietarski, fundador y Director General de TecnoKids y a Matías Scovoti, Director Pedagógico de Educabot dos de los lugares donde pensar en una colonia de vacaciones está asociado a la robótica, la programación, la impresión 3D o los drones y esto pueda ser tan divertido como jugar al fútbol o nadar. Ambas instituciones tienen módulos quincenales durante enero y febrero de alrededor de 3 horas para chicos a partir de los 6 años y cursos y talleres durante todo el año.

“Las colonias tradicionales buscan que los chicos tengan actividades recreativas pero principalmente a través del cuerpo. Los juegos que se proponen son en su mayoría vinculados al deporte y al aire libre. En nuestra colonia, las propuestas son recreativas pero están más apuntadas a fortalecer el pensamiento y ayudar a los chicos a ser creadores de tecnología y no solo consumidores”, nos contó Matías Scovoti de Educabot. Según define, este espacio -con sede en Av. Angel Gallardo 551 (CABA)- promueve la cultura del Hacer en niños, adolescentes y adultos como herramienta para el aprendizaje, la exploración y el desarrollo.

“En la colonia de TecnoKids un rato los chicos aprenden programación, otro rato aprenden de robótica y hay un tercer bloque dividido entre desayuno/merienda según el turno y actividades al aire libre en nuestra terraza que son más lúdicas para que los chicos corran y no estén tres horas seguidas con dispositivos digitales”, dijo Leandro Swietarski. Ellos creen en un espacio colaborativo, los chicos aprenden socialmente antes de internalizar el conocimiento. Aprender en grupo ayuda a mejorar la memoria y al desarrollo de habilidades sociales. Tienen tres sedes, la principal está en Araoz 1073 donde se hace la colonia. En resumen, la propuesta tiene que ver con la enseñanza de conceptos de programación y robótica, los chicos aprenden muy rápido. Salen de la colonia pudiendo programar juegos, aplicaciones, animaciones simples. “Después los que quieren continúan durante el año nuestros cursos regulares profundizando este conocimiento”, comentó Swietarski.

 

Muchos dicen que las colonias son fundamentalmente para los padres que no saben que hacer con sus hijos que están de vacaciones mientras ellos no, algo que los psicólogos reafirman diciendo que los niños y las niñas necesitan tener tiempo de no hacer nada y que sobrecargarlos de actividades puede no ser bueno. Por eso desde las colonias se encargan de aclarar que las actividades van de la mano de los lúdico y la diversión, como remarcó Swietraski: “Nuestra propuesta tiene que ver con el hecho de que aprender a programar es aprender a pensar, lo hacemos de forma lúdica, divertida, los chicos no lo sienten como cuando tienen que ir a un profesor particular de una materia sino que lo ven como algo recreativo y nos ocupamos de que sea así, los chicos están aprendiendo a pensar, a razonar, a resolver con lógica, se mezcla un poco esto de divertirse y aprender”.

Relajarse, disfrutar, jugar pero no perder de vista la importancia del conocimiento y la información parece ser entonces la propuesta: “Hace un tiempo buscando nuevos propuestas, leí sobre los campamentos que organiza la NASA en Estados Unidos. Chicos de todo el mundo viajan para tener un campamento con experiencias similares al entrenamiento que tienen los astronautas pero pensados para alumnos menores a 13 años. Luego durante el año, los chicos que venían a nuestros talleres, nos pidieron que querían seguir viniendo durante las vacaciones.

Fue ahí que recordando la propuesta de la NASA, pensé en un espacio para aquellos chicos que querían seguir con el trayecto anual pero de forma más relajada así como también en aquellos que les gusta estar en contacto con la tecnología y no tanto con propuestas deportivas”, contó Scovoti.

Para que no queden dudas Swietraski nos pide resaltar que está recontra estudiado y comprobado que cuando los chicos aprenden algo de forma divertida lo aprenden mejor y no se lo olvidan nunca. “Entonces tenemos ese finito equilibrio entre pasarla espectacular y hacer cosas que les van a servir para toda la vida”, remató.

 

Si uno está acostumbrado a que los chicos y las chicas vuelven de la colonia cuenten alguna anécdota sobre las actividades en la pileta, el gol que metieron, el golpe que se dieron, los juegos que hicieron imaginamos que en estas colonias las anécdotas debían ser diferentes pero interesantes por eso les preguntamos a sus coordinadores. Scovoti nos contó la siguiente historia:

“Lautaro es un chico de 12 años que sueña con ser ingeniero. Él nunca había armado un robot, sin embargo la emoción que experimentó al llegar a la colonia fue inmensa y se demostraba con su atención a cada detalle en los encuentros. Fue una gran sorpresa ya que es uno de los mejores construyendo y programando los robots. El nos repetía constantemente que lo más interesante de la colonia era entender la lógica de programación y construcción para que el robot haga lo que el quería. Nosotros no creemos que todos tienen que ser programadores o ingenieros, pero no hay dudas que Lautaro tuvo a los 12 años la posibilidad de descubrir que esto es lo que le apasiona”.

Swietraski nos contó una anécdota que tiene que ver con proyectos que surgieron de los propios chicos al partir del cruce entre la programación y la robótica de donde suelen salir proyectos complejos e interesantes. “En una especie de brainstorming uno de los chicos contó que un amiguito de él se había quedado ciego y que tenía un problema y nos pedía que buscáramos una solución. El amiguito ciego se había adaptado muy bien a usar el bastón blanco y ese bastón blanco le era muy útil para esquivar una pared o una columna pero que le era muy inútil para algo que está de moda y son los carteles que cuelgan desde el techo. Entonces con los kits de robótica que ya habían aprendido a utilizar los chicos crearon unos anteojos con unos anteojos comunes de sol, baratos , le pusieron censores con cinta scotch, algo muy rústico, eran feos, pesados, pero le conectaron unos censores de proximidad adelante conectados a unos parlantitos que estaban en los oiodos y después lo programaron a una distancia de 50 centímetros entonces cuando una persona con los ojos cerrados estaba por chocarse contra cualquier cosa que esté a la altura de su cabeza donde estaban los sensores estos mandaban una señal y los parlantes emitían un sonido, entonces el chico se quedaba quieto y evitaba el golpe. Muchas veces crean soluciones para problemas simples que tienen en la casa, con un hermanito para que no les use los juguetes o a veces crean este tipo de soluciones.”

 

Queda planteada entonces una alternativa para aquellos padres y madres que busquen colonias diferentes para sus hijos e hijas y también para aquellos niños y niñas que se divierten creando o no son tan afectos a los deportes. Se abre también una discusión que abordaremos a lo largo del año desde PucheroNews: la formación de niños y niñas en tecnología y programación. Varias corrientes plantean que los niños y niñas deben aprender programación desde la escuela primaria aunque nunca vayan a ser programadores porque es una forma de organizar el conocimiento fundamental en este siglo, algunos incluso hacen una analogía con el valor que se le dio siempre a la enseñanza de idiomas por lo que hablan del “inglés del siglo XXI”.

Esta idea de que la programación no es solo para programadores también están presentes en Educabot y TecnoKids: “Nosotros no creemos que todos tienen que ser programadores o ingenieros, pero no hay dudas que Lautaro tuvo a los 12 años la posibilidad de descubrir que esto es lo que le apasiona. Armar robots y programar son actividades que no son frecuentes en las escuelas y que salvo aquellos que fueron a escuelas técnicas, quizás nunca tuvieron la oportunidad de decir no me gusta”, dijo Scovoti. Algo similar respondió Swietraski: “Está probado que la programación es el futuro y estudiar programación desde chicos no es sólo para chicos que de grandes quieran ser programadores y eso es en lo que nos queremos enfocar: un chico sin importar que quiere ser cuando crezca, si quiere ser jugador de fútbol, contador, periodista o chef, si ese chico aprende programación va a ser la mejor versión de sí mismo porque aprender a programar es aprender a pensar y ejercitar el cerebro es como ejercitar un músculo del cuerpo, cuanto más lo ejercitás más potencia tenés”.

¿Que diferencia habrá en el futuro entre quienes hayan estudiado programación de niños y quienes no? Si bien la mayoría de los jóvenes son considerados bajo el mítico concepto de “nativos digitales”, el Investigador Leonardo Murolo señala que el concepto es mítico porque si bien la mayoría de los jóvenes tendrían cierta facilidad para el uso de los dispositivos tecnológicos, no todos tienen las mismas posibilidades de acceso real. Un trabajo de la investigadora española Cecilia Castaño habla de otro concepto que suele estar asociado: “brecha digital”. Castaño dice que el estudio de la brecha digital no puede limitarse al análisis del acceso a Internet (primera brecha digital), sino que debe dar un paso más en involucrarse en el análisis y determinación de los usos y la intensidad de uso de Internet (segunda brecha digital). Murolo señala que esa segunda brecha digital está relacionada con el conocimiento y el aprovechamiento que cada usuario hace de las tecnologías de la comunicación. En una nota anterior vimos como esa brecha afectaba a las mujeres, a partir de esta también vamos a empezar a ver como afecta a los más pequeños y las más pequeñas y como esto influirá cuando lleguen al mundo del trabajo.

To be continued… online.

 

Leé nuestra columna sobre Tecnología

 

 

Autor/a:

¡Compartir!
¿Te gustó? ¡Compartilo!

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *