26.02.2018
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Se acerca el #8m y, en PucheroNews, dedicaremos todo el mes a mujeres que se destacan en ámbitos especialmente «machistas». En esta nota, hablaremos del fútbol, deporte patriarcal en el que las mujeres han dado también batalla por décadas. La brasilera Marta Vieira Da Silva y la polaca Izabella Lukomska-Pyzalska son dos ejemplos distintos e importantes, aunque todavía falta mucho para llegar a la igualdad.
Primer caso.
Izabella Lukomska-Pyzalska nació en Poznan, Polonia, el 22 de noviembre de 1977. Como buen destino de toda mujer bonita, fue modelo. Pero hoy, es la presidenta de un club de fútbol de la tercera división polaca: el Warta Poznan.
Se hizo hincha del club gracias a su padre futbolero cuando el equipo jugaba cotejos en primera, que ella presenciaba desde la tribuna. Aunque, en realidad, el Warta tuvo su apogeo en las décadas del 20 y del 30, cuando consiguió su primer título y peleó por los primeros puestos de la Ekstraklasa, la división de privilegio del fútbol polaco.
Durante su carrera de modelo, Izabella exhibió sus atributos sin ropa en publicaciones como Playboy y CKM. Fue Playmate del año en 2001 y se hizo popularmente famosa. Sus fotos no escasean en Internet, más bien todo lo contrario. También actuó en una telenovela de su país llamada “¿A qué le temen los hombres?”. Pero se retiró joven de la citada actividad, a los 28, y comenzó a trabajar para una empresa de construcción.
Con 33 años, al ver a su equipo hundido en el antepenúltimo puesto de la segunda división, tomó una decisión drástica: asumir el mando del club como presidenta. “Quiero que brillemos una vez más. Creo firmemente que el equipo puede jugar bien, impresionar a los hinchas y atraer más gente a los estadios”, fueron las primeras palabras en el cargo. Y siguió: “Entiendo el entorno, y no es un problema para mí. Al contrario, es mi pan de cada día. Dejé el modelaje hace cinco años y desde entonces me dediqué al desarrollo inmobiliario: ese tampoco parecía el mundo para una mujer. Durante ese lustro crecimos y nos convertimos en una de las firmas líderes en nuestro rubro dentro de la ciudad. Creo que puedo lograr lo mismo con el fútbol”.
Lukomska propuso “orden y disciplina”, fiel al modelo de mano rígida que había impuesto en el ámbito privado. En 2013, ocupó el puesto 98 en el ranking de las 100 mujeres más ricas de Polonia publicado por el periódico “Wprost”. Pero en la temporada 2012/2013 no pudo evitar el naufragio del club. Descendió a la tercera categoría. La campaña siguiente no obtuvo la licencia para jugar en esa divisional. En la cuarta división, no pudo ascender en su primer intento, aunque a mitad de 2016 logró volver al tercer eslabón del fútbol polaco. A mitad de 2017 culminó en el puesto 11. Ahora, a mitad de temporada, está en la tercera posición, cerca de volver a segunda.
Segundo caso
La mejor jugadora del mundo es brasileña. En la cancha, deslumbra en la cancha: cosechó un récord de cinco premios seguidos de la Federación Internacional de Fútbol Asociación -FIFA- desde 2006 hasta 2010. Y fuera de ella también: “Yo tuve la oportunidad de alcanzar el éxito en la vida, pero pienso constantemente en los que no la tuvieron. Todos tenemos que ayudar a erradicar la pobreza lo más rápido posible”, afirmó alguna vez
Marta Vieira Da Silva nació un 19 de febrero de 1986 en Dois Riachos -un minúsculo pueblo del pobre nordeste de Brasil. Como casi todos los destacados de su nación en la parte deportiva, encontró en la pelota una vía de escape al contexto que le ofrecía marginalidad y hambre. Con el agravante de su condición de mujer en una sociedad machista y una organización patriarcal. En el país carioca hubo durante más de tres décadas un decreto -el 3.199- que marcaba las “incompatibilidades con las condiciones femeninas” de numerosos deportes. Entre ellos, obvio, estaba el fútbol.
Según narró su biógrafo, el argentino Diego Graciano: “Marta debió soportar que la nombren como mujer macho, que su hermano la golpee cuando se enteró de que jugaba al fútbol con varones y que, ya en un partido femenino, sus rivales le solicitaran quitarse la ropa para ver si efectivamente era mujer”.
Marta Vieira Da Silva es la única mujer que figura en el Salón de la Fama del Maracaná. En 2010 fue nombrada embajadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y sentenció: “Estoy orgullosa de comprometerme personalmente para hacer que la vida de la gente sea diferente. Tenemos en mente trabajar en favor de las personas carentes en el mundo entero, y también por las adolescentes y las mujeres que afrontan cada día dificultades para sobresalir en el mundo de los negocios, de los deportes e incluso en la vida privada”.
Pocos días antes de la Copa del Mundo de Brasil 2014, puntualizó: “La fortaleza, la sabiduría y la determinación de las mujeres siguen siendo el recurso más grande de la humanidad todavía sin explotar. Sólo si contamos con la participación plena e igualitaria de las mujeres en la vida pública y privada podremos tener la esperanza de romper los círculos de pobreza existentes”.
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