Felipe Melo: un muchacho bolsonarista

20.01.2019

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El mediocampista de Palmeiras vive envuelto en controversias: la dureza cercana a la mala intención dentro de la cancha y la simpatía hacia Bolsonaro

Imagen de Twitter

Felipe Melo de Carvalho, popularmente conocido como Felipe Melo, es un aguerrido volante nacido en Sao Goncalo, un 26 de junio de 1983, que desplegó su juego en varios equipos del mundo: Flamengo, Cruzeiro, Gremio y la selección (Brasil); Mallorca, Racing de Santander y Almería (España); Inter, Juventus y Fiorentina (Italia) y Galatasaray (Turquía). Hoy en día es el caudillo que la tribuna idolatra en Palmeiras. Ganó un Brasileirao, la primera división del país vecino; una Copa de Brasil, una Copa de las Confederaciones con el Scratch, además de una Supercopa y un par de Superliga con la institución turca.

Directo y frontal, en el verde césped y frente a una cámara. Cuando en 2017 lo presentaron en Palmeiras, sentenció: “No solo pego patadas, también tengo técnica. Por algo jugué 13 años en Europa. Si tengo que dar una paliza, la voy a dar. Si tengo que golpear en la cara a un uruguayo, se llevará una bofetada”. En la Copa Libertadores de aquel año, Peñarol de Uruguay quedó eliminado ante el Verdao y aparecieron las provocaciones de los ganadores. Un gran protagonista fue Melo, quien empezó a dar y a recibir trompadas, pues varios jugadores uruguayos lo fueron a buscar específicamente a él.

Hace escasos meses le pegó una patada descalificadora a Víctor Cáceres, no lo fracturó de milagro, en un partido frente a Cerro Porteño de Paraguay, en el mismo certamen, y el árbitro argentino Germán Delfino lo expulsó en los primeros tres minutos del encuentro. Y en la semifinal ganada por Boca, que provocó la histórica definición ante River, no se saludó con Nahitan Nández. El Motivo: fueron dos de los sancionados por el escándalo en Montevideo de hace un año. Otra impactante declaración del pivote fue en 2015: “Si no fuese futbolista, habría sido un asesino. Me crié en una favela de Río de Janeiro, donde perdí a muchos de mis amigos a manos de criminales y narcotraficantes”.

El 16 de septiembre anotó el empate 1 a 1 ante Bahía, de visitante, y se lo dedicó al candidato presidencial de Brasil, Jair Bolsonaro: “Para nuestro futuro presidente”, dijo. El excapitán de reserva del Ejército se lo agradeció vía Twitter y pidió que no sea hostigado por su decisión. Palmeiras, sin embargo, expuso un comunicado: “El club respeta cualquier posición política de sus atletas, empleados y colaboradores, y ratifica su neutralidad en asuntos políticos, partidarios, religiosos o cualquier otra forma de manifestación personal. La posición política del atleta Felipe Melo refleja, única y exclusivamente, una manifestación particular y no de la institución”. En las redes sociales se armó una ríspida polémica por el pronunciamiento del jugador a favor del vigente mandatario, defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985) y con declaraciones machistas, homofóbicas y racistas.

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Con la elección ya definida, Melo escribió en su cuenta de Instagram:  «Un brindis por el nuevo presidente de Brasil». Y en su Instagram Stories, publicó videos descorchando una botella de champagne. También se puede leer otro mensaje: “Brasil por encima de todo” y Melo con una camiseta negra, con la cara de Bolsonaro, imitando la forma de un arma con las manos. El militar ya había realizado ese gesto durante la campaña, con una criatura en brazos en un acto proselitista en Goias.

Luego de eso, la ecologista Marina Silva, quien aspiraba por tercera vez a la Presidencia de Brasil tras quedar en el tercer lugar en las elecciones de 2010 y de 2014, puntualizó: “Como madre y profesora, me quedé aterrorizada al ver a un candidato a enseñar a una niña a hacer el gesto de un revólver con las manos. Las manos de una niña deben ser entrenadas para tomar un lápiz y un cuaderno, jamás un arma”. El líder de los Sin Techo Guilherme Boulos fue candidato por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y manifestó: “Como padre siento asco y lamento que una persona de esas esté suelta por ahí destilando odio». El político Comisario Waldir, cercano a Bolsonaro, refutó las críticas: «Los dedos son una marca registrada, es un símbolo de ser cristiano y patriota, no de una incitación a la violencia».

Otros exfutbolistas expresaron su apoyo al sucesor de Michel Temer. Rivaldo, Cafú,  Kaká y Ronaldinho, quien compartió un mensaje en sus redes vestido con una camiseta de la selección brasileña y el 17 en la espalda, en referencia al número electoral que identificaba a Bolsonaro. Uno que se diferenció fue Juninho Pernambucano, quien dijo: “Me revuelvo cuando veo a un jugador o exjugador apoyando a la derecha. Venimos de abajo, somos el pueblo. ¿Cómo vamos a ponernos de ese lado? ¿Cómo vas a apoyar a Bolsonaro, hermano?”.

Lo irascible de Melo se pudo ver, entre decenas de casos, frente a un superior, un DT. Hace un año salió un audio del jugador llamando mentiroso al técnico Cuca, diciendo que lo iba a destrozar y que no volvería a jugar para él. El propio futbolista reconoció en ESPN la autenticidad del testimonio. El Palmeiras lo apartó durante más de un mes de competición. Pero rápidamente el muchacho bolsonarista volvió a hacer de las suyas.

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