28.07.2019
Por admin
Este capítulo de la serie “Aprender con Calidez” presenta a Vanessa D’Elia, formadora de futuros docentes, que intenta romper los paradigmas de la educación tradicional
Vanessa D’Elia es, ante todo, maestra. Nació en familia de médicos, por eso de niña se proyectaba como pediatra. En la universidad, empezó la carrera de psicología, pero su deseo de estar con niños era muy latente y decidió escuchar a su corazón. En ese momento, optó por la educación y ahora apuesta por ella como una forma de vida.
Alegre, optimista y con una vocación de enseñanza en todos los niveles. Actualmente, se desempeña como profesora en la carrera de Educación en la Universidad Católica Andrés Bello. Como formadora de la nueva generación de docentes se propone romper los paradigmas de la educación tradicional.
El hecho de haber estudiado en un aula abierta, modalidad educativa en la que se adapta el currículo a las necesidades del alumnado, le abrió la perspectiva como docente y la motivó a priorizar el vínculo con sus alumnos. Para Vanessa, son necesarios los maestros que escuchan y se involucran en los procesos emocionales de sus estudiantes, por eso sus clases siempre comienzan con la pregunta: ¿cómo se sienten?
“Cuando voy a la universidad, más allá de dar una teoría, les doy ejemplos, de las cosas que están sucediendo en los salones de clases, en las familias, y que entre todos lleguemos a una conclusión, me llena mucho. Eso hace que valga la pena”, comparte Vanessa. Además, desmitifica el famoso refrán: “la letra con sangre entra”, pues cuando el alumno ve a la maestra como complemento y no como autoridad, se logra una conexión que favorece a ambos. “El aprendizaje no entra con sangre, sino desde el cariño, la confianza, la protección”, afirma.
Sus clases en la universidad son lúdicas, invita a sus alumnas a aprender desde el cuerpo, es su manera de romper el paradigma de la educación de principios del siglo XX, en la que el profesor está en un nivel superior y el alumno sólo es receptor de todos sus conocimientos. Vanessa usa las mismas estrategias para niños y adultos y, por suerte, obtiene el mismo resultado. “Primero ellas viven la experiencia desde el cuerpo, luego ven la teoría y lo entienden. Cuando lo sienten, hay un enganche emocional, porque lo que estás dando, lo das desde el corazón, esa es la pasión que caracteriza a los educadores”, asegura.
A continuación, la historia de esta maestra que siente su trabajo como la forma de hacer país. El video fue dirigido por Yangel Machado.
Agradecimientos
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