Like to Me: Entrevista a Ariel Zagarese

27.09.2019

Por admin

Ariel Zagarese nos cuenta sobre la dirección y escritura de Like To Me, obra que trata sobre la “sociedad del like” y la relación del ser humano con las redes sociales. La última función será el viernes 4 de octubre, en Casa Sofía a las 23:30hs, Fitz Roy 1327, CABA.

Foto cortesía de Martina Mora

GR:  ¿Cómo surgió la idea de Like to me? ¿Hace cuánto que estás trabajando este proyecto?

AZ: Like to me surge de la intersección de dos caminos. El puntapié inicial me lo dio Federice Moreno Vieyra cuando en una charla con él me contó sobre las residencias artísticas que propone en el ciclo proximidades expositivas de Casa Sofía. Me encantó la idea y puse a pensar diferentes cosas. Sabía que quería trabajar con conceptos del filósofo surcoreano Byung-Chul Han. Leí algunos de sus libros como “La sociedad del cansancio”, “La sociedad de la transparencia” y “La expulsión de lo distinto”. Mientras leía, hice unas cuantas anotaciones que me parecían interesantes. Este momento de lectura e investigación empezó en el mes de Enero y para Marzo tenía muchas ideas e imágenes, en su mayoría confusas. Creo que ese fue el segundo camino que dio el espacio para la creación de la obra. Después vino otra etapa en la que convoqué al equipo de trabajo. El equipo fue una decantación interna que surgió de mis deseos más profundos, tan arbitrario como eso, no tengo forma de explicarlo. Lo convoqué a José Cabrera porque me quedó la espina de trabajar junto con él en un proyecto anterior que no llegó a flote, como tantos otros. Y luego, quizás por intuición y convicción le acerqué la propuesta a Gustavo Ruiz Moreno y, más tarde, a Ana Ceruti. Más tarde la sumamos a Magalí Del Hoyo; pero la que nunca estuvo en discusión es mi compañera Julia Troiano que hace de psicóloga, de asistente de dirección y, en especial, de productora. Fue un proyecto en el que se trabajó muy intensamente y en un lapso más corto que el de costumbre para lograr una obra. El proceso está abierto, seguimos corrigiendo cosas, la obra no se ha terminado porque nos abre muchas interrogantes. De hecho, el ciclo lo que propone es la apertura del trabajo de la residencia, no es un resultado final y eso me parece muy interesante para los artistas; tener la posibilidad de ir testeando la obra bajo el ojo del público.  

GR:  ¿Qué referencias del teatro usaste para escribir el guión?

AZ: El guión tiene como referencia principal, como dije antes, algunas ideas que aparecen en los libros de Byung-Chul Han. La idea del LIKE como referencia de existencia es una de las cosas más intensas. El exceso de positividad que se esconde detrás del LIKE es arrollador; el ser humano se despersonaliza, se aísla y se frustra corriendo detrás de la aprobación del resto, del extraño. Somos entes invisibles buscando ser aprobados por seres invisibles. La obra plantea tres personajes que fueron surgiendo desde los ensayos. Conversamos mucho con los actores las posibilidades y las formas de internet y cómo influenciaron sobre nuestros quehaceres cotidianos. Siempre caíamos en una sensación de rutina y de soledad absoluta. Una soledad que es apaleada con una cierta hiperactividad que surge de diversos estímulos, no sólo de la internet, sino también de las series televisivas que son adictivas para nuestro cerebro. Siempre aparecía la idea de «estar quemado» o el «Burn out» que implica una sobredosis de series o de videos de contenido estúpido en internet por diversos canales, como youtube, o redes sociales, como el Facebook o Instagram. Desde esas charlas anotaba cosas y frases que se iban entrelazando y luego me tomaba el tiempo para buscarles un formato. La obra se empezó a confeccionar cuando encontré una estructura que nucleaba estas ideas y sensaciones en dos personajes que se van diluyendo en sensaciones diversas a través de la rutina en los días de la semana; días que ellos mismos empiezan a confundir a saltarse… Hay una descorporalización de ellos, y esto se debe a que nunca se cruzan, aunque estén al lado. Creo que la naturaleza humana es la naturaleza del vínculo; pero ese vínculo tiene que ser in presentia sino es así lo que tenemos es ficción o una forma psicosis o de paranoia. 

Foto cortesía de Martina Mora

GR:  ¿Qué representa el personaje de la virgen terraplanista?

AZ: El personaje de la Virgen Terraplanista representa a la generación anterior a la era del internet. La generación de mi madre, mis tíos, abuelos, etc. Yo nací en 1979 y vi evolucionar la computación. Hay una concepción del tiempo de la generación de mis padres que no se ha llegado a aggiornar a la velocidad de estos cambios. Pienso en la primera consola de videojuegos que tuve (Atari 2600) el comando sólo tenía una palanca y un botón; hoy los pibes juegan en red desde la consola de videojuegos, eso casi que me supera a mí también. Volviendo a la virgen terraplanista, creo que es una versión disparatada y fascista de un mejunje de ideas que se mezclan en la cabeza de una Señora de clase media de barrio que repite sin entender un montón de ideas en profundidad, que es manipulada por toda esa confusión y llevada a un discurso muy peligroso. Pensamos a la virgen terraplanista como una devota de las ideas de internet, la seguidora y madre superiora de ideas calificadoras. Su mirada está puesta en la superioridad de su generación y en la estupidez de la actual. Es una voz que nada sabe de diálogo. Es binaria, también, maniqueísta. Ella decide sobre lo que está bien y lo que está mal. Se apoya en la frase «todo tiempo pasado fue mejor» y descalifica cualquier experiencia del presente. Sin embargo, por momentos es seducida por asuntos místicos en los cuales confunde la charlatanería con la palabra de Dios. Mientras que a su vez, se vuelve una representación doble porque sacraliza (quizá irónicamente) al vocabulario que nace desde la internet. Ella es la Virgen terraplanista de AOL y Wi fi es su divinidad, su espíritu santo… Tal vez, se encierre en ella una paradoja, y nos deje la pregunta ¿Qué tan sagrada es para nosotros y para las generaciones venideras la internet? 

GR: ¿Cómo se fueron desarrollando los ensayos? 

AZ: Los ensayos fueron muy amenos. Es un hermoso grupo de trabajo e ideal para la exploración de cualquier material. Siempre se trabajó con muchas ganas. En un principio, trabajamos con partes sueltas de textos y luego, de la mano de Magalí Del Hoyo, empezamos a investigar a dos o tres cuerpos que se movían de una manera distinta sobre un colchón musical muy particular. Al principio, hubo mucho de la intuición; dejábamos cosas porque había algo que nos dejaba satisfechos. Luego, cuando el texto comenzó a concretarse y la obra escrita empezó a tener una estructura, se fueron acomodando muchas cosas, desde lo corporal hasta la forma de la actuación. Las coreografías que planteó Magalí se determinaron como transiciones o cambios o, conductas de «algún estado» de los personajes. Después, algunos de esos movimientos fueron recuperados para formar parte de una acción o desplazamiento mientras se decía algún texto. Trabajamos mucho sobre la sonoridad del texto y sobre las velocidades en las que se dicen distintas partes. Y dejamos dos estilos claros de actuación: la virgen posee una forma más absurda (por momentos cómica o caricaturesca) y los otros dos personajes, los usuarios, con una idea más performática de la actuación. Pusimos énfasis en la velocidad que podía alcanzar el texto y no tanto en una actuación realista o naturalista. El desafío está puesto en la velocidad verbal y en los matices que los usuarios pueden alcanzar. Igualmente, es un rincón de búsqueda la relación del cuerpo y la forma de decir del texto. Hay algo que está en tensión y se vuelve interesante. Sin embargo, queremos explorar la posibilidad de que haya más desafíos físicos para los personajes de los usuarios, ahora que entendemos que han alcanzado un nivel interesante de velocidad narrativa con  su decir.  

Foto cortesía de Martina Mora

GR:  ¿Qué querés visibilizar con esta obra?

AZ: La obra para mí habla de la soledad del ser humano. La obra nos muestra la dificultad o la imposibilidad de vincularse que está desarrollando el ser. Hubo un tiempo en donde se aseguró que esta sería la era de la tecnología y las comunicaciones, pero todo parece apuntar a que el desarrollo tecnológico no implica comunicación. No importa si puedo hablar por skype o whatsapp con gente que está a miles y miles de kilómetros; la comunicación natural del hombre está puesta en la proximidad y lo que se está alentando es la individuación y la soledad, la distancia. El ser humano se desarrolló siempre en comunidad y lo sigue haciendo, en las comunicaciones interpersonales, en presencia, hay algo más que lo que sucede detrás de una pantalla. Me gusta el teatro porque me obliga a trabajar en un presente, todos aquellos que se reúnen para hacer teatro deben hacerlo de esa forma, opere en el rubro que opere (iluminador, actores, escenógrafos, etc.) y también exige un público para que acontezca el hecho artístico. La obra tiene un momento de interacción con el público en el comienzo. Allí una voz le pide a la gente que realice muchas de las acciones que cometemos a diario con nuestro celular: hacer una story en instagram, sacar selfies, publicar fotos en facebook o mandarlas por whatsapp. Sin embargo, a la hora de realizarlas la gente se siente obnubilada. Algo las detiene, hasta que uno de ellos rompe la barrera y, en su mayoría, comienzan a realizar las peticiones de la voz electrónica. Ese momento de la obra lo disfruto mucho porque se ven dos fuerzas que chocan: el uso de la internet (lo etéreo) y los vínculos de las personas que se preguntan si es o no es ridículo hacerle caso a esa voz.

GR:  ¿Cómo ves el vínculo ser humano y tecnología hacia el futuro? 

AZ: Lo veo con mucho asombro y con mucho temor. La tecnología es muy seductora y provista desde el mercado se nos vuelve necesaria. Es decir, el mercado siempre nos va a generar nuevas necesidades que se van a satisfacer con esa nueva tecnología que nos va a ofrecer. Soy presa de la tecnología. Hacemos una obra de teatro en la cual usamos elementos tecnológicos digitales y sin ellos no tendría la misma fuerza. El problema no creo que esté puesto en la tecnología misma o en la internet; como siempre, el problema está puesto en el humano para con el humano. Mientras la tecnología sirva como instrumento de dominación para los hombres y mujeres vamos a estar en desventaja o en «peligro». El acceso a las nuevas tecnologías no es para todos, no todos pueden acceder a los últimos modelos de computadoras, tablets, celulares, etc, sea el elemento tecnológico que fuere. Y eso nos pone a gente en situación de inferioridad respecto de otra. Mi visión quiere ser un poco romántica y utópica pero, lamentablemente, todos los días (o al menos cuando puedo despertar de mi propia enajenación) me doy cuenta de que estamos muy lejos de un vínculo sano entre ambas partes.

Foto cortesía de Martina Mora

Ficha técnica

Textos: José Cabrera, Ariel Zagarese

Actúan: José Cabrera, Ana Julia Ceruti, Gustavo Ruiz Moreno

Coreografía: Magali del Hoyo

Vestuario: Perla Del Castillo

Asistencia general: Julia Troiano

Producción Audiovisual: Ariel Zagarese

Producción: Julia Troiano

Dirección: Ariel Zagarese

Reservas por Alternativa teatral

Autor/a: admin

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