16.03.2016
Por Juan Elman
Las elecciones primarias de Estados Unidos llegaron nuevamente a una cita clave. En el segundo “Supermartes” de la campaña, Donald Trump y Hillary Clinton quedaron a un paso de asegurar las nominaciones en sus respectivos partidos. El establishment republicano quedó oficialmente fuera de la carrera.
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En Estados Unidos, cinco estados con un gran número de delegados en juego votaron en simultáneo. Los republicanos tenían, además, otra motivación: en Ohio y Florida el ganador se llevaba todos los delegados. John Kasich, gobernador de Ohio y Marco Rubio, senador por Florida, se jugaban la permanencia. Donald Trump arrasó en Florida y empujó a Rubio al final de su campaña. También ganó en otros tres estados pero no pudo vencer a Kasich en Ohio, que sigue en carrera.
La performance de Marco Rubio en Florida tenía mucho más en juego que su propia campaña. El establishment republicano se jugaba su última carta para seguir en carrera. Perdió. Además de Trump y Ted Cruz, todavía está John Kasich, pero es una bomba de tiempo: ocupa el último lugar en la tabla de delegados y no tiene chances matemáticas de alcanzar la mayoría. La ultima estrategia de la campaña de Rubio se basó en establecer un duelo contra Trump, pero no surgió efecto. La derrota que le propició el magnate en su estado fue categórica y, tras un emotivo discurso, Rubio se bajó de la campaña. Knock-out.
Cantidad de delegados de los principales candidatos al 16/03/2016 (Fuente: AP)
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