30.04.2016
Por Juan Elman
Cuatro jóvenes fueron internados anoche en Rosario con cuadros de intoxicación por consumos de pastillas. Desde la tragedia de Costa Salguero la sociedad tiene nuevos interrogantes. Las drogas y las fiestas de música electrónica, en el ojo de la tormenta. Cinco muertos, decenas de internados y un país que no para de hablar.
Pucheronews dialogó con tres jóvenes sub 18 de clase media. Este cronista le da voz al pensamiento de su generación. La edad de los fallecidos en la Time Warp rondaba los 20 y 25 años, entre los internados había chicos de 17. ¿Qué piensan y cómo lo viven los pibes?
“La música está muy fuerte, a veces que siento que tiembla el piso. Todos bailando, la mayoría con lentes de sol y botellas de agua en la mano, algo que es fundamental. Hace mucho calor, la gente transpira mucho”. Así describe Matías (17) lo que vive en las fiestas electrónicas fin de semana por medio. “El ambiente es distinto al del boliche, la gente es más respetuosa -me explica- si vos le pedís agua a alguien que no conoces, lo más probable es que te comparta”.
Una fiesta Time Warp. Foto: Google Images
“Es que el efecto de la droga es más ameno», agrega Tomás (18). «Te coloca en un estado totalmente distinto a la del alcohol, que te vuelve más agresivo”.
Las fiestas de música electrónica son para mayores de edad, pero los menores son parte del ambiente. Los fallecidos tenían entre 20 y 25 años y entre los internados había chicos de 17. La entrada a estos eventos no es tarea difícil. “El control en la puerta es leve. Apenas te palpan y ocasionalmente piden el documento. La mayoría de las veces paso sin identificación”, cuenta Matías. Festivales como Creamfields y boliches como Crobar tienen un control más severo según me explican. “Si te encuentran droga te la sacan, pero pasás igual”, añade Tobías (18).
La primera vez
“La primera vez que asistí a una fiesta tenía mis dudas. Un par de días antes me junté con un amigo, me dijo que había probado LSD en el viaje de egresados y que la había pasado increíble, con efectos mucho mejores al del alcohol y que no existía ningún riesgo. El miedo a probar por primera vez siempre está, pero lo hice con amigos. Después, al no pasarme nada, fui perdiendo el miedo”. La experiencia de Matías no difiere mucho a la de Tobías, que también experimentó por primera vez gracias al consejo de un amigo más grande. «La consigna era clara: repetirlo eventualmente”, dice. Para ambos, su primer festival coincidió con la primera vez que consumieron drogas de diseño.
La experiencia de Tomás fue diferente; se acercó a las drogas de diseño antes de que le interesara la música electrónica. «Siempre sentí curiosidad por las drogas. Cuando era más chico experimentaba con marihuana y con el alcohol». Una vez le pregunto a un amigo mas grande cual de esas dos prefería, le respondió que ninguna de las dos: lo mejor era el éxtasis. Tomás explica «Me habló de un tipo de felicidad- artificial, claro- al cual el ser humano no puede llegar por sus propios medios. Aunque lo mismo ocurre con la depresión”. Su primera vez también fue con amigos.
¿Se puede pasarla bien sin drogarse? “Estuve una vez en un festival sin drogarme, y la pasé bien. Pero con drogas la pasás mejor, sino no habría tanta gente drogándose” narra Tobías. Los demás coinciden. “Al tratarse de una salida cara, uno la tiene que disfrutar al máximo. Las drogas producen un mayor nivel de satisfacción. Prefiero ir a menos eventos pero aprovecharlos a pleno”, agrega Tomás.
Pastillas de éxtasis. Foto: Google Images
Todos los jóvenes pueden acceder fácilmente a las drogas. No importa cuando, ni donde, ni como, el que quiere, puede. Hay veces, incluso, en las que decir que no es una conducta anormal. “Es muy fácil acceder a las drogas. Ni siquiera tenés que buscar, te las ofrecen directamente. Ya no hay una limitación económica o social, la droga penetra en todos los círculos sociales”, sentencia Tobías. Tiene razón.
“La droga no sólo está ligada a fines recreativos, también es una escapatoria a la realidad. Todas las drogas te alejan de lo real. No necesariamente es malo, todos quieren tener recreos y es respetable que la gente los tenga. El problema es la adicción, cuando querés estar en una realidad de mentira, porque eso es en verdad lo que te produce: algo que es mentira”, explica Tomás.
Nuevas formas de combatir las drogas
Varias ciudades del mundo ofrecen un tratamiento diferente a la drogadicción en los jóvenes. Mejor que no se drogue, pero si lo hace, que sea de una forma responsable. En las fiestas electrónicas, uno puede encontrar puestos con información de lo que se consume, cómo hacerlo de forma responsable e incluso la posibilidad de testear la droga que se va a consumir. El programa también apunta a la inclusión social de los drogadictos. Acerca de si se puede implementar algo similar en el país, los jóvenes reaccionaron positivamente.
“Me sentiría mucho más tranquilo -confiesa Matías- uno no sabe qué es lo que está tomando, lo único que podes hacer es confiar en el que te vendió el producto. Con más información ayudas a prevenir muertes, saber lo que consumís y cómo hacerlo correctamente seria buenísimo”.
“Leí que quieren implementarlo en Rosario«, dice Tomás a quien le parece una iniciativa destacable. Mientras tanto, el panorama sigue negro. En la noche de ayer, cuatro jóvenes fueron internados en la ciudad santafesina con cuadros de intoxicación por consumo de pastillas.
En Buenos Aires, el juez Roberto Gallardo trató de prohibir «toda actividad comercial de baile con música» en la ciudad. Horacio Rodriguez Larreta, que clausuró las fiestas electrónicas hasta que la legislatura apruebe un proyecto para reducir daños, se manifestó en contra de la decisión del juez. «Es un disparate prohibir la noche», expresó. La medida del juez Gallardo fue levantada pero las fiestas electrónicas siguen suspendidas en la ciudad porteña.
Pastillas Superman. Foto: Google Images
«Prohibís las fiestas en Costa Salguero y las van a hacer en lugares más riesgosos, sin salidas de emergencia o atención médica”, comenta Matías. «Todos tenemos miedo al experimentar, pero se va adquiriendo cancha», coinciden los jóvenes. «Personalmente, al no sentirme cómodo, trato de informarme todo lo que puedo. Existen foros en donde uno puede chequear experiencias ajenas, eso te tranquiliza”, agrega Tomás, quien hace un par de meses leyó en esos foros sobre una tanda de pastillas dando vuelta que habían causado varias muertes en el norte de América Latina. Los usuarios alertaban acerca de su uso y la describían para que se las evitara.
“Esas pastillas eran las ‘Superman’, una de las responsables de la tragedia de la Time Warp. Cuando lo vi en las noticias, no lo podía creer”.
Marihuana: la puerta de entrada
Desde 2011, creció un 75% el consumo de marihuana entre los estudiantes, según informaba el Observatorio de Políticas Sociales en Adicciones de la ciudad de Buenos Aires en 2015. El estudio -que fue realizado tanto en colegios privados como públicos- indicó que un 35% de los estudiantes fuma marihuana por lo menos diez días al mes. Un 12% lo hace en forma diaria. El informe no solo alertaba sobre el creciente consumo de marihuana y la baja de la edad del comienzo, también confirmaba que no había diferencia entre establecimientos privados o públicos.
“La marihuana no me genera ningún tipo de adicción», aclara Matias. «Puedo decir que no”. Coincide, sin embargo, en que es la puerta a otras drogas.
“Con la marihuana me doy más permisos. Cuando tengo ganas, fumo», cuenta Tomás. «Con las drogas más duras trato de regularme más seguido. Estoy abierto a probar otras cosas pero tengo que ir despacio. Si vas muy rápido, te vas a chocar”.
La droga legal: el alcohol
“Hay más gente muerta en accidentes por alcohol que por drogas de este estilo. No de forma directa pero sí en situaciones que no sólo generan daño al que está alcoholizado, sino que pone en peligro a las personas que lo acompañan y a gente inocente, que no tiene nada que ver”. La visión de Tobías es acertada.
El 46% de los conductores conduce alcoholizado durante el fin de semana, según la organización Luchemos por la Vida. Más de la mitad de las víctimas son menores de 35 años (54%).
“La sociedad condena, históricamente, las drogas ilegales cuando el alcohol o el cigarrillo también generan un daño letal. La gente asocia legal con bueno e ilegal con malo, y no es tan así”, reflexiona Tomás.
Fiesta electrónica. Foto: Google Images
¿Prohibición? ¿Despenalización? ¿Concientización y uso responsable?
Las fiestas están prohibidas hasta nuevo aviso. La ministra de salud porteña insiste en que se debe discutir la despenalización de las drogas sintéticas. La legislatura se moviliza para establecer nuevas medidas de control. ¿Cómo seguimos?
“La prohibición genera clandestinidad», dice Matías. «La elaboración de estas drogas a través de laboratorios clandestinos hacen que el contenido de la sustancia sea más peligroso.”
Tomás explica su visión: “La despenalización es un tema complicado. Es positivo si ayuda a combatir al narcotráfico pero enfrenta también un problema moral. No está bueno que la droga esté expuesta en la vía pública, donde hay chicos. No les das un buen mensaje”.
El estado es responsable de los programas de concientización. Ninguno de nosotros tuvo el acercamiento de algún organismo estatal mientras estábamos en la secundaria.
Sobre la tragedia sucedida hace quince días en la Time Warp, Tobías expresa: “La culpa es de quien organizó el evento, pero no puede suceder sin la autorización del gobierno”. La pastilla Superman contribuyó a las muertes, pero había al menos 7000 personas de más y el agua escaseaba. La ausencia estatal es notable.
Epílogo
Me llamo Juan y tengo 17 años. No asisto a fiestas electrónicas pero tengo varios amigos que sí. Pasar por alto estos temas se me hace muy difícil. Gracias a esta nota, me llevé una de las lecciones más valiosas que me dieron en esta profesión que recién comienzo. “La gente habla del tema con una soberbia que enerva a los que están en el ambiente. Tienen que escuchar a los que están interiorizados en estos temas, de otra forma no podrán saber lo que de verdad ocurre. Abran la boca solo si tienen abierta la cabeza”, me dijo uno de los chicos.
Después de una fiesta electrónica. Foto: Google Images
¿Por qué sólo tomamos conciencia cuando sucede una tragedia? La desinformación tiene sus costos, seamos responsables en todos los sentidos.
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