29.09.2016
PorPor Aníbal Villa Segura
Un clásico argentino se reestrena. “Viejo Solo y Puto” ha vuelto de su gira europea. Su director Sergio Boris ha estrenado también “Artaud”. Pucheronews se prepara para el mes de la Salud Mental en octubre y trae este adelanto sobre síntomas, locura y teatro. De todo esto hablaron Aníbal Villa Segura y el director.
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Entrar a un laberinto
Las calles de Buenos Aires tienen habitualmente un entramado regular. Ocasionalmente un nudo desorienta al peatón. En uno de esos nudos, cercano al ruido de dos grandes avenidas, modestamente se encuentra “La Dignidad”, bar/confitería/restaurante/lugar privado/oficina donde Sergio Boris me citó para esta entrevista.
El lugar encaja con la persona, Sergio es parco, elocuente y preciso. No nos conocíamos, pero pronto la charla descartó el afuera, preocupación que como veremos es constante en Boris. Nuestra charla pretendió girar sobre las obras que ha dirigido y por las cuales es conocido y sin embargo no tardamos en advertir que no usa el singular y muy naturalmente nos hablará de la pluralidad teatral a la que pertenece.
Aníbal Villa Segura: ¿Qué diferencias podríamos encontrar entre la versión de Viejo Solo y Puto del 2011, a la actualidad?
Sergio Boris: La intención de todo el equipo que venimos haciéndolo desde hace 6 años, previo 2 de ensayos, fue partir de una hipótesis breve y situacional. Luego el trabajo fue sobre el desarrollo del relato y estudiamos el entramado de los vínculos expresivos.
Sergio Boris. Foto: cortesía del artista
Sentimos que hay cambios, no solo en estos años sino desde hace 6 meses o más recientemente con estas funciones que hacemos en Timbre 4 previas a una gira española en noviembre.
Pensamos que estamos llegando a una destilación de la expresión y aparece mayor confianza en las quietudes corporales, en la aceptación de la pequeñez de los símbolos expresivos. No necesitamos hacer mucho más y el resultado es más contundente.
(En un momento de particular e intensa dramaticidad Federico Liss visitador médico algo chanta ,enfrentará su rostro desnudo a las luces y al público, la piel sudada, la boca apenas entreabierta y una mano temblando, es ,pienso, una imagen de lo que Sergio está explicando).
El Discurso de los Cuerpos
AVS: ¿Y el sentido de lo menos?
SB: Se pueden contar los relatos confiando en lo que se dice y sobre todo en lo que no se dice. Todas estas posibilidades las da hablar sobre un cuerpo expresivo y a la acumulación dramática sobre los mismos y en la comprensión de ese” entre”. (Particularmente conmovedora es la actuación de Patricio Aramburu –travesti joven- y Marcelo Ferrari –travesti mayor-, quienes además de relacionarse con los otros personajes, guardan entre si una relación de solidaridad, cuidado y ternura).
Escena de «Viejo, solo y puto». Foto: cortesía del director
AVS: También está el poder.
SB: Que es descubrir en términos temáticos y poéticos las relaciones de poder, la lucha de clases dentro del ámbito de una farmacia en el conurbano bonaerense, de noche y de turno. Cinco personajes un hermano menor recién recibido, un hermano ya mayor, dos travestis y un visitador médico construirán un laberinto de estanterías, con drogas químicas, con el atrás incognoscible de una farmacia con sus pasiones y deseos enfrentándose por la posesión de un poder ubicuo.
El poder y lo amoroso están puestos en ese lugar farmacéutico relacionados con el íntimo deseo de inyectar hormonas en los culos travestis y en ellas consecuentemente recibirlas en un viaje de ida, que luego es imposible parar. Este es el forzamiento poético.
(Un momento culmine. de los que llaman épicos, es cuando todo está preparado: hormonas, camillas, jeringas y nalgas; pero cada cual reivindicará su derecho ser aplicante. No hay acuerdo mientras que con extrema sencillez la travesti mayor definirá con suavidad : “el galán de la jeringa”).
Escena de «Viejo, solo y puto». Foto: cortesía del director
¿Somos todos travestis?
SB: Salimos así de un real desprovisto de toda formalidad. Vemos el mundo travesti y marginal desde adentro. No nos interesa la hipocresía burguesa que desea curtirse un travesti.
AVS: Preciso es reconocer, un progreso en este mundo. En el 2011 eran marginales, en el 2015 y 2016 son políticos y defensores de sus derechos.
SB: El planteo político, que a nosotros nos interesa surge del teatro, en donde lo travesti es una capa más de todos estos personajes que tienen otras. No hacemos una obra para hacer apología, el travesti no lo necesita, son personas con sus derechos Esto es también es un planteo político.
AVS: ¿La lucha de clases?
SB: Se organiza a través de los saberes de dos hijos. Uno se recibe de farmacéutico, el otro no (el hermano menor trae el saber universitarios en la precisa actuación de David Rubinstein quien trata de controlar lo incontrolable y surgen chispas, mientras que Dario Guersensenzvaig quizás el más canchero y más sabio de todos conoce las reglas de la noche, sin embargo cada cual luchará como pueda por el amor… por la jeringa.)
Antonin Artaud nos espera:
El gran dramaturgo del siglo XIX es quien da el nombre a la obra que Segio Boris y sus actores están presentando en el Teatro Beckett , salvo el nombre y someras relaciones a textos la obra se desvincula desde su comienzo del genio artaudiano
AVS: ¿Cómo fue la preparación de ustedes en relación al universo simbólico que han desplegado?
SB: Son elementos que provienen de textos de Artaud como la fecalidad. Pero tratándose de él, sus comienzos siempre tienen que ver con el trabajo con actores. Puede ser una improvisación, o la discusión de una hipótesis o ideas que puedan materializarse en lo teatral creándose asociaciones con el afuera y el adentro. Este proyecto nació del ciclo Invocaciones que planificó Mercedes Halfon y Carolina Martin Fierro .En rigor la teoría de Artaud no formaba parte de la búsqueda. en cambio, si sus años psiquiátricos que están en las cartas de Rodez. Buscamos generar una situación autónoma de Artaud, no ser súbditos de sus referencias y sí que su pensamiento estuviera subsumido en una nueva ensalada que no es Artaud y que se trata de un mundo nuevo que tiene que ver con situaciones concretas. Más precisamente tiene que ver con nuestra historia, la locura, la locura mayor que fue la represión en el Borda. (Elocuente y preciso, Sergio clava el bisturí).
Una escena de «Artaud». Foto: Bernabé Rivarola
Quienes vean la obra se encontraran con: Fabio (Diego Cremonesi) es la sombra de un paciente, pero caga y coge.
Ignacio (Pablo De Nito) es otra sombra, ex médico, ex multiamante, ex dueño de lo normal. Marta (Elvira Onetto) ex enfermera, parece añorar el pasado, pero juega en el presente. Rafael Solano, perfecto burócrata y buchón.
Moni (Verónica Schneck) sexual y carnal no se resiste, ni se le resisten.
Con Sergio Boris abandonamos la realidad teatral progresivamente .Sergio dirá que pelea por un teatro en el que pueda disentir en las formas, generar preguntas, aparezcan nuevas realidades y lenguajes, generando mundos paralelos y corridos. Un teatro por fuera.
Pide, nos pide que vayamos a ver teatro. Siempre, casi asegura habrá un actor, que romperá con las convenciones del teatro comercial, siempre encontraremos estallidos actorales.
INFO
Domingos 21 hs
Teatro Beckett
Guardia Vieja 3536
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