Como un Marty McFly criollo: viaje a nuestro pasado en placas rojas

22.03.2017

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Hace poco Miguel Bonasso recordó en Facebook una definición que me retrotrajo inmediatamente a Facundo Pedrini y a su “Argentina: una historia en placas”. La sentencia, perteneciente al escritor francés Albert Camus, dictaminaba que «los periodistas son los historiadores del instante». Podría decirse, también, sin ánimos de ser pretencioso, que a veces, el (buen) historiador es una suerte de (buen) periodista del pasado. Pedrini entiende esto, y su obra sabe de ambas cosas. El periodismo y la historia se unen inextricablemente en las 228 páginas y 16 por 16 centímetros del libro en cuestión.

 

Para quien no lo sepa, “Argentina: una historia en placas”, es el intento de recorrer nuestro pasado en un tiempo presente (imperfecto, como no podía ser de otra manera). Y desde la óptica particular de Pedrini, a la sazón, coordinador de las ya míticas “#PlacasRojas” de Crónica TV. Es así como podemos deleitarnos con la magia de quienes han sabido estar “firme(s) junto al pueblo” desde el 3 de enero de 1994, pero como si hubieran estado allí, desde siempre (Pedrini, por suerte, no es eterno; aunque no parezca, sólo tiene 27 años, de modo que no podemos culparlo por aquella placa tan pichetto-trumpista que anunciaba “mueren 2 personas y un boliviano”). 

Pedrini ofrece una suerte de “Volver al futuro” en versión criolla. Si dejamos volar un poco la imaginación, y la llamada “caja boba” existiera desde el Siglo XIX, ¿quién no quisiera saber cómo titularía Crónica TV la muerte en circunstancias dudosas de Mariano Moreno, gran esperanza blanca del proto-seudo-jacobinismo argentino, allá por el 4 de marzo de 1811? (Moreno es objeto de un justo homenaje; la primera placa destaca el lanzamiento de “la Gazeta de Buenos Aires”, el 7 de junio de 1810, con la que se inicia el periodismo “argentino” -que todavía no se llamaba así-) ¿O cómo sería la estridente frase con la que se anunciaría el fin de la esclavitud, abolida por la Asamblea Constituyente de 1813? ¿Con qué colorada ocurrencia nos toparíamos si pudiéramos viajar al 9 de julio de 1816, y las pantallas del mentado canal tuvieran que anoticiarnos de la declaración de la Independencia?

Todo esto y mucho más ofrece “Argentina: una historia en placas”, que salió a la cancha en 2016, de la mano de Ediciones B y con prólogo de Carlos Ulanovsky. Célebre periodista y también historiador, Ulanovsky estampó en ella palabras como estas, a las que poco hace falta agregar, para intentar describir de qué va la cosa: “He aquí un caso testigo de revisionismo que, de tan audaz y novedoso, haría reaccionar en sus sepulturas a los adalides de ese movimiento que supo, quiso y pudo interpelar a los menos discutido de la historia nacional… Un dicho casi indiscutible afirma que ‘la historia la escriben los que ganan’. A partir de la aparición de Argentina, la historia en placas, de Facundo Pedrini, el concepto debería reformularse: ‘La historia la entienden los que sintonizan Crónica TV’”.

 

Pedrini sabe de qué lado de la mecha se encuentra, pero no se deja engañar por la grieta (esa que ha esterilizado de la creatividad de muchos de sus colegas). Es capaz de homenajear a Osvaldo Bayer por sus 90 años, desacralizándolo al mismo tiempo, y retratandolo crudamente en su lucha contra las meriendas. No olvida el humor ni siquiera cuando toma partido: “Ni en sapo ni en príncipe: el grupo Sushi se convirtió en pescado podrido”, dice su placa del 20 de diciembre de 2001. Como un Marty McFly de las pantallas, vuelve al 29 de mayo de 1969 para anunciar “Pueblada en Córdoba y temor por ‘efecto contagio’” y a renglón seguido, ¿burlarse? de quien, a falta de otro ícono mejor, se transformó en inesperado estandarte anti-macrista de estos días: “Mirtha paraliza: ‘Se viene el zurdaje’”.

La capacidad para penetrar agudamente en la instantaneidad de estos tiempos agitados así como para reinventar los momentos más significativos de la Argentina (no sólo de la Argentina política, sino también de la Argentina plebeya, esa que palpita con las estrellas del fútbol y los culebrones), se pone a prueba en cada momento en las “placas rojas” de Crónica TV de las que Pedrini es ideólogo (las del último verano aquí). Y no decepciona. Sin embargo, la trascendencia de su arte no queda clara si no se entiende desde donde dispara nuestro autor. Reciente muestra de ello ha sido cuando, en medio del reclamo paritario de los maestros, dejó de lado la ironía para aclarar que “de atacar a los docentes no se vuelve”. O cuando en las últimas páginas de su trabajo, con motivo del Bicentenario, se mofa: “Independencia y Estados Unidos son paralelas, nunca se cruzan”. Pedrini no es neutral, gracias a Dios (que, por si quedaba alguna duda, es argentino).

Ya lo saben: Pedrini no es sólo quien ayudó a encontrar a quienes se perdieron en el #IndioEnOlavarría, bajo el lema “Para culpables hay tiempo, ahora hay que buscar a los pibes”. Si quieren degustarlo en vivo y en directo, anoten: hoy miércoles a las 20 hs, en el Club Cultural Matienzo (Pringles 1249), Facundo Pedrini presentará “Argentina: una historia en placas” con Juan Ignacio Provéndola como moderador y Pablo Marchetti a cargo de la música. . La entrada será libre y gratuita, así que no tienen excusa.

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