El encuentro más austral del feminismo

07.03.2019

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Este #8M da inicio a las actividades y manifestaciones feministas en el calendario 2019. En esta edición de Puchero News repasamos cómo se cerró el año 2018 con el 33 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en Trelew. Y seguimos hablando del crecimiento exponencial de este movimiento y lo que se viene para el encuentro en La Plata de este año.

Foto: Cecilia Basavilbazo

 

El fin de semana del 13, 14 y 15 de octubre 2018 se llevó a cabo el 33 Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans, en Trelew, Chubut. Fue el encuentro más austral en la historia de estos encuentros, que se realizan desde el regreso de la democracia en 1986.

Cada año son más masivos y exitosos. La modalidad del Encuentro Nacional de Mujeres es única en el mundo, y eso permite que cada año nos sumemos de a miles: es autoconvocado, horizontal, federal, autofinanciado, plural y profundamente democrático.

La esencia de cada Encuentro son los talleres que abordan temas que atraviesan la agenda feminista. Hay una diversidad enorme, a los 73 talleres planteados en el 2017, este año se sumaron dos espacios nuevos “Mujer y libre determinación de los pueblos” y “Mujer y fútbol”. Los talleres se multiplican en distintas aulas, cada espacio tiene una coordinadora que tiene la tarea de ordenar el debate y garantizar que todas las voces puedan escucharse. También se eligen colaboradoras que registren todo lo que se discute para después armar las conclusiones de cada taller. Cuando termina el encuentro la Comisión Organizadora publica las conclusiones de todos los talleres, ese material es utilizado para la elaboración del Encuentro del año siguiente.

Cada año, al encontrarnos intercambiamos nuestras vidas, nuestras experiencias y convertimos problemas que parecen individuales en un problema de todas – porque resulta que sufrimos de maneras similares la violencia que ejerce sobre nosotras el patriarcado solo que no nos habíamos percatado. En el encuentro también expresamos nuestras luchas, contradicciones, angustias, reflexiones y estrategias de deconstrucción que nos damos en el trabajo, la casa, el barrio, la escuela, la facultad, la militancia, nuestras relaciones sexo afectivas, vínculos familiares y de amistad, la relación con nuestro cuerpo y nuestro propio cuidado, entre otros aspectos.

Foto: Macarena Gagliardi Cordiviola

 

Feminismos y praxis

El encuentro en Chubut estuvo atravesado por el contexto de crisis económica del país. Llevar a cabo este viaje implicó para cada mujer, lesbiana, trans o travesti un esfuerzo de varios meses previos destinados a recaudar fondos para pagar el pasaje y la comida de los tres días del encuentro- porque en respuesta a algunos sectores de la sociedad quienes creen que recibimos fondos de vaya a saber qué organización, los recursos para llegar a los encuentros resultan de actividades de autofinanciamiento,  producto del trabajo conjunto e impulso militante y feminista que nos motoriza a organizar eventos, rifas, ferias americanas y demás actividades para abaratar costos o solventar el pasaje de quienes no pueden pagarlo.

Los Encuentros se vienen gestando a partir de tensiones y contradicciones. La posibilidad de pensarse y re-pensarse lo transforma en un espacio dinámico y multivocal que transforma sus respuestas en preguntas y propone nuevas alternativas y respuestas a medida que avanza la maduración de los debates. Es vertiginoso, no se queda en la zona de confort, las contradicciones que permiten el crecimiento son la característica principal del Encuentro.

“El Encuentro ya Somos Todas y de diversas formas –  Trawn kom pu zomo ta inchiñ” fue el lema este año. Sin embargo, el “todas” se está redefiniendo en la praxis.  Este encuentro tuvo la particularidad de ser cuestionado respecto a su nombre. Mujeres de los pueblos originarios exigieron que el encuentro sea plurinacional, entendiendo que con esta denominación se reparan simbólicamente años de invisibilización de los pueblos originarios, rompiendo discursos de lo nacional, añejo, racista y colonialista. “La autodeterminación significa que la forma y organización de los Estados la definan quienes habitan sus pueblos”, el estado nacional tiene una deuda pendiente con las comunidades preexistentes a los estado-nación. El relevamiento de las comunidades es la acción previa para la regulación de la posesión y propiedad comunitaria de las tierras indígenas anunciado por la reforma constitucional de 1994 y sugerida por los organismos internacionales de derechos humanos. La estigmatización que reciben estos grupos al ser tildados de violentos, conspirativos y terroristas, no es más que una estrategia para excusarse y dilatar el cumplimiento de la legislación que restituye los derechos de las comunidades indígenas sobre sus tierras ancestrales. Es motivo de celebración que este año, se haya dado el debate de la inclusión del término plurinacional en la denominación del encuentro. El movimiento feminista se posiciona en la vanguardia al reconocer comunidades que ni el propio Estado reconoce en su identidad y legítimo reclamo.

También somos disidentes, por eso el año pasado se propuso que el encuentro incluyera en su nominación a las lesbianas, travestis y trans. Como “lo que no se nombra no existe”, en las redes se masificó el reclamo por un Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans, que a pesar de que en la práctica la participación de estas identidades ya ocurría, no se veía reflejado en el nombre del Encuentro. Habrá que esperar a La Plata 2019 para estrenar oficialmente el nuevo nombre del “pogo feminista más grande del mundo”

Foto: Cecilia Basavilbazo

 

Poder feminista

El encuentro estuvo cubierto por la marea verde, representada con la fuerza de las nuevas generaciones de pibas que llenaron los espacios de discusión con sus pañuelos verdes, reclamando aborto seguro, legal y gratuito. Las jóvenes de la cuarta ola, que llegó para quedarse, que no pide permiso y viene a cuestionar todas las estructuras, participaron de los talleres con altos pisos de discusión política. Tomando la política como principal herramienta para la transformación, volviendo a creer en ella y apelando al feminismo como el ingrediente transversal a todas las lógicas de construcción y cuestionamiento. A partir del debate por el aborto legal, el feminismo se convirtió el protagonista que moviliza masas en Argentina y el resto del mundo, con la capacidad de interpelar y modificar el sentido común de gran parte de la sociedad.

Esta Cuarta Ola del feminismo viene a proponer, como dice Majo Gerez, “la feminización de la política”, que no es más que romper con las lógicas verticalistas, paternalistas y machistas de las referencias y experiencias políticas que tenemos en nuestro país. Implica sumarnos a la toma de decisiones que nos involucran en todos los ámbitos que transitamos, invitando a construir otra cultura política, realmente democratizada, donde todas/os podamos ser escuchadas/os y con la diversidad de voces necesaria para que nadie quede afuera.  Y es ahí, en donde la diversidad no es un espacio desde donde construir, es, fundamentalmente, la condición ineludible para realizar una construcción sólida y duradera.

Porque evidentemente el movimiento feminista tiene algo que enseñar. Que mujeres organizadas en diferentes organizaciones partidarias y políticas, con intereses y preocupaciones diferentes, diferentes edades, formas de amar, formas de percibirse, de transitar este mundo, puedan debatir dos días enteros organizadas en talleres, puedan marchar una vez por año ininterrumpidamente desde hace más de 30 por todas las ciudades del país, puedan conocerse y en la otra reconocerse y volverse distintas, priorizando lo igual y lo parecido y trabajando las diferencias, es la clave política que hace que el movimiento de mujeres sea una de las fuerzas sociales más potentes de la actualidad. “Debemos mantenernos plurales y colectivas, esa es nuestra fortaleza” manifestó una participante en el taller “Mujeres, poder y política”, interpelando a las demás participantes y reconociendo el poder de este movimiento.

A pesar del resultado de la jornada histórica del #8A en contra de nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos gestantes, no paralizó la dinámica del movimiento feminista. Eso se reflejó en Trelew, el “pogo feminista más grande del mundo” no se achicó, evidenció que el rechazo a la legalización del aborto no nos frenó, sino todo lo contrario: nos potenció y permitió advertir la importancia de seguir creciendo como movimiento feminista, de seguir construyendo y rompiendo sentidos en todos los ámbitos de nuestras vidas. No nos conformamos con medias tintas, queremos espacios de conducción donde hablemos por nosotras mismas y dejen de hablar en nuestro nombre. Porque tenemos voz y mucho para aportar. En la marcha del encuentro, además de glitter, brillos y agite feminista había cantitos que decían “Qué organizadas que se nos ve, que el feminismo dirija la CGT”. Porque nuestra lucha no es improvisada, nos mueve el deseo y sabemos lo que queremos.

El feminismo tiene un carácter antineoliberal, ya que la crisis y avanzada neoliberal que afecta a nuestro país y la región, impacta más aún en las mujeres e identidades disidentes; es por esto que el movimiento feminista a nivel nacional, regional y mundial asume una firme postura de oposición a modelos económicos y políticos que excluyen, son misóginos, racistas y xenófobos.

Esta posición antineoliberal del movimiento feminista fundamenta la elección de Chubut como la provincia sede de encuentro 2018, dejando en claro el mensaje político al elegir la provincia donde ocurrió la desaparición forzada y muerte de Santiago Maldonado y donde se lleva adelante una violenta persecución a los pueblos originarios.

Foto: Macarena Gagliardi Cordiviola

 

Glitter y mística

Porque “si no puedo bailar tu revolución no me interesa”, el feminismo es alegría, orgullo, amor y goce, la marcha del encuentro se vio teñida de verde, violeta, plateado, brillos, glitter y purpurina. No faltaron las batucadas y canciones de moda reversionadas en modo feminista que nos hicieron bailar y liberarnos. La revolución la hacemos con alegría y empoderadas.

Hubo una frase que escuche cuando estaba por viajar a mi primer encuentro en Mar del Plata  2015, el encuentro te transforma, no volves a ser la misma, es un camino de ida, una vez que te pones los lentes violetas no hay vuelta atrás. Debo admitir que afortunadamente fue así, fue el inicio de un camino de transformación con crisis y dolor, pero plenitud y gratitud al descubrirme transitando el feminismo con otres, porque nunca es, ni debe ser en soledad ese proceso. Reflejada e interpelada por les otres quienes, también tienen las mismas incertidumbres que yo, pero que entendemos que es juntes, transitando lo que nos acontece, desde la sororidad y la crítica constructiva y amorosa como vamos a lograr transformar todo lo que consideramos que tiene que ser modificado. Los encuentros nos reconfortan y vuelven a dar la seguridad, por si en algún momento la dudamos, de que, al patriarcado, más temprano que tarde, lo vamos a tirar.

 

 

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