03.09.2015
Elocuente, informal y afirmativa, CFK -como se conoce a la presidenta argentina en las redes sociales- está en el tercer lugar entre los mandatarios de la región en el uso de las cadenas nacionales. Según datos de Chequeado, en 2013 Rafael Correa encabezaba la lista con más de seiscientas cadenas y le seguía Maduro con casi doscientas. El resto de los dirigentes estaban en cifras de un dígito.
Cristina Fernández de Kirchner inauguró la Estación Ciudad Universitaria del tren Belgrano Norte el pasado 29 de agoto. “Y conforme a lo establecido por artículo 75 de la ley 26522 de servicios de comunicación audiovisual”, anunció la locutora presidencial para dar inicio a la cadena. “Es muy probable que en poco tiempo hayamos superado lo que se hizo en la Argentina en toda la vida”, proclamaba la presidenta en su cadena nacional número treinta y tres del 2015, hablando de pasos a nivel ferroviarios. Solamente nueve días después de su trigésima segunda aparición mediática y en un discurso extremadamente breve -en comparación a las tres horas totales del anterior (entre previas, discurso y saludos en los balcones), la mandataria declaró sobre el partido: “Nos ven reunidos para hacer cosas…” y enumeró algunas obras públicas. Por ejemplo, que sólo había cincuenta y un pasos a nivel en el país hasta el 2003, mientras que el kirchnerismo lleva construidos treinta y cuatro.
Sea como sea, defensores y detractores parecieran estar pendientes de cada palabra en cada cadena nacional que da la presidenta de Argentina. Es así que las redes sociales se ven inundadas de comentarios durante sus discursos y al día siguiente suele ocupar portadas. Unos recortan su decir con buena fe y otros con mala, pero todos hablan de ella. Pucheronews consultó con diferentes expertos en comunicación sobre este tema.
Sin alternativa
“La cadena nacional es el caso más extremo de broadcasting, que sólo deja como alternativa el apagado del televisor o las emisoras piratas o alternativas”, explicó a Pucheronews el Doctor en Ciencias Sociales, José Luis Fernández.
Hay estudiosos de larga data en Latinoamérica sobre la influencia directa de los sistemas mediáticos en la vida política, que terminan generando escenarios políticos que, sin ellos, serían diferentes. “El error de base es creer que hay ‘alguna realidad diferente’ a la que se construye con las mediatizaciones. Las ideas de injusticia, progreso, pobreza, etcétera están co-construidas con las mediatizaciones”, explicó el académico.
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Hablamos de mediatizaciones porque, incluso en las redes sociales, se piensa centralmente en los diarios y los canales grandes de televisión. El profesor analizó la diferencia entre las cadenas nacionales en las que el emisor habla directamente a cámara o cuando se presenta en una escena más o menos grupal. “La representación se convierte en algo tradicionalmente televisivo, como un programa de panel”, concluyó.
La gata flora
“Cuando hablo porque hablo y cuando no hablo porque no hablo”, dijo la presidenta en aquella cadena nacional casi dos semanas después de las elecciones primarias. Se refería a las críticas opositoras que contabilizan cada vez que Cristina Fernández de Kirchner sale a hablar. Aquel parlamento fue quizás la suma exposición de sus virtudes mediáticas.
CFK comenzó en tono de animadora televisiva, conversando vía streaming con estudiantes extranjeros en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur en Bahía Blanca. “Para ser linda hay que ser latinoamericana”, dijo a una joven francesa que halagaba la modernidad del edifico en el que estudia gracias a la patria grande.
En su carácter de mandataria, continuó firmando un convenio de desendeudamiento con las provincias argentinas -hablando de federalismo, dijo la locutora en plena campaña electoral con Aníbal Fernández al lado de la presidente, e hizo pasar primero al gobernador de la provincia de Buenos Aires. Cristina anunció también la ley destinada a proteger acciones que el Estado tiene en grandes empresas privadas y, por supuesto, criticó a la oposición. Además comentó sobre el chico asesinado en Jujuy y las inundaciones que habían acechado al país. Luego de la cadena, se dirigió a los militantes del FPV que suelen escucharla con euforia en los patios de la casa de gobierno, acompañada de Scioli y Zannini.
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p>Cristina, para un@s hermosa y agraciada en oralidad, para otr@s grotesca y mandona, pareciera vencer el principio de saturación. Pucheronews preguntó a Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información, sobre este tema. El profesor primero advirtió que la respuesta depende si contesta alguien identificado políticamente con el oficialismo o no. “En lo personal, creo que es contraproducente en términos de saturación de la opinión pública con mensajes que, en la mayoría de los casos, carecen de la trascendencia o excepcionalidad exigidas para justificar la cadena nacional”, dijo Becerra refiriendo a esa misma ley que, cada vez, la locutora presidencial menciona al comienzo de las transmisiones por radiodifusión nacional.
“Más allá de la saturación que pueda causar en algunos ciudadanos, la investidura presidencial genera siempre interés y atractivo, sobre todo en una sociedad politizada como la argentina y en un contexto histórico de polarización”, comentó el especialista a este medio.
Becerra compartió la idea de que el gobierno fue eficaz en la intención de sostener protagonismo, pero no se debe únicamente -ni siquiera fundamentalmente, recalca el experto- al uso de las cadenas nacionales.
“La popularidad de la presidenta Fernández de Kirchner mejora en los períodos en donde su discurso es menos asertivo y menos belicoso”, aseguró el especialista.
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